El poeta

Redacción | DIAaDIA

"De las alturas terribles donde yace el cobre y lo extraen con trabajos inhumanos las manos de mi pueblo, surgió un movimiento liberador. Ese movimiento llevó a la presidencia de Chile a un hombre llamado Salvador Allende".

PABLO NERUDA

Quizás los futuros diccionarios registren el nombre Neruda como sinónimo de la palabra poesía. Casi se me hace imposible pensar que en algún rincón del planeta se desconozca el oficio literario del ilustre chileno. Por lo menos, si sus versos no han sido leídos, si es harto sabido que él los escribía.

Hay muchas razones para pensar así. Sus múltiples viajes alrededor del mundo con los que siempre causó gran conmoción. Los millones de ejemplares de sus libros impresos y sus respectivas traducciones a diversos idiomas. Los muchos estudios críticos realizados a su obra. Y definitivamente la suma calidad de sus poemas.

Pero es obligatorio hacer un aparte y mencionar la causa primordial y especial de la grandeza de Neruda. Claro que es según nuestro humilde entender. Me refiero a su total compromiso con la esperanza. Y no en abstracto, sino en concreto, muy en concreto. De tal pacto nacen sus poemas de amor a la mujer, a la palabra y, sobre todo, sus poemas de amor a la liberación de los pueblos.

En las décadas del 30, 40 y 50 del siglo XX, ocurrió el final de la primacía del pensamiento propiamente conservador y de sus mitos; al final de esos 30 años, la humanidad nunca más volvió a ser la misma. Una de las fuerzas responsables de dicha transformación fue el proletariado mundial. Y Neruda fue un militante que nunca dudó en acompañar a los sindicatos. Los obreros, como nunca antes y después, pudieron decir con toda justificación: "Nosotros tenemos un poeta llamado Pablo". Creo que tal afirmación se convirtió en un mensaje casi genético que es transmitido de generación en generación.

Nos parece que Pablo Neruda logró tal incidencia con su más grande poema: Su vida misma.

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