Andrés Iniesta, de nuevo con un gol salvador en los últimos minutos, reflotó ante Islandia a la selección española, hasta entonces un barco a la deriva, y rescató un punto valioso para la clasificación, en una noche en la que al equipo de Luis Aragonés le costó sobrevivir a la adversidad.
Como en Manchester ante Inglaterra y, de igual manera que en Mallorca en marzo frente al mismo rival, Iniesta volvió a ser el hombre decisivo, el salvador que da aire cuando decae la esperanza.
Porque hasta la atinada irrupción del barcelonista, la selección española dio una pobre imagen.
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