El Ave María de Verdi resonó ayer en la catedral de Módena, al momento en que el mundo despedía a Luciano Pavarotti, en su funeral, al que asistieron familiares, dignatarios y amigos. Además, sus fieles admiradores de todo el mundo, siguieron por diferentes medios los actos del funeral.

¡Hermoso! el ataúd de Pavarotti de arce blanco estaba cubierto con girasoles, su flor favorita. Su cuerpo yacía junto al altar, vestido con un esmoquin negro y con su clásico pañuelo blanco entre sus manos.

Su viuda, Nicoletta Mantovani, no dejaba de mirarlo. Sentadas cerca se encontraban las tres hijas que el tenor tuvo en su primer matrimonio. En el recinto, reinó la paz y el calor humano, cualidades que hicieron grande al tenor.

El propio Papa Benedicto XVI envió un telegrama de condolencias, el cual fue leído en voz alta al comenzar la misa. Dijo que Pavarotti había honrado "el regalo divino de la música, a través de su talento interpretativo extraordinario".

Lo más impresionante es que unas 50.000 personas, según estimaciones oficiales dadas a conocer por el ayuntamiento de la ciudad, siguieron el servicio religioso, transmitido por pantalla gigante en la plaza principal de Módena.

EMOTIVO "AVE MARIA"

La ceremonia fue hermosa, la soprano búlgara Raina Kabaivanska, vecina de Módena, quien había trabajado con Pavarotti, lloró cuando interpretó el Ave María, al comienzo de la ceremonia.

El tenor Andrea Bocelli entonó el Ave Verum Corpus de Mozart y el coro de Rossini Chorus cantó varios himnos religiosos durante la celebración, dirigida por el arzobispo de Módena, Benito Cocchi y otros 18 sacerdotes.

Tras un servicio fúnebre de una hora y media de duración, el féretro del tenor fue sacado del templo arropado por una avalancha de aplausos. Mientras que, afuera del recinto, diez aviones de la patrulla acrobática de la aviación italiana efectuaron un doble sobrevuelo sobre Módena, que dejaba a su paso estelas con los colores de la bandera italiana --rojo, blanco y verde-- en el cielo de la ciudad.

Y así fue que el féretro de Luciano Pavarotti, acompañado por sus seres queridos, fue trasladado al panteón familiar, situado a varios kilómetros del centro de Módena. ¡Dios lo tenga en la gloria!