
Don Francisco asegura que cuando te gusta hacer algo, es muy difícil decir: ‘Me voy’. Admite que Don Francisco y Mario son los mismos, pero a medida que pasan los años se van separando porque Don Francisco no tiene edad, no transpira, no va al baño.
“Yo tengo que darle combustible a Don Francisco, y cada vez me cuesta más. Exige el mismo combustible, y yo tengo menos. Entonces paso a ser cada vez más opaco para mantener la brillantez de Don Francisco”, expresa Kreutzberger.
Tras esta larga carrera, entre Miami y Chile, Don Francisco ve difícil que pueda seguir aplicando la receta durante diez años más, pero cree que no será él quien decida retirarse.