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Escasea comida en el comedor
Los niños son fieles a su cita. (Foto: Yannesey Quintanar / EPASA)

Nicanor Alvarado D. | DIAaDIA

Los destellos de luz aún no terminan de definirse cuando los pequeños, vestidos casi a la ligera y despeinados, con sus platos y cubiertos caminan sobre el suelo rocoso en busca de un poco de desayuno allá, en la iglesia.

Los niños, usando viejas chancletas, andan seguros con certeza de encontrar un pedazo de pan, pues la situación en casa es difícil y en ocasiones no hay qué comer. Es miércoles y en el templo "Roca de Agua Viva", en la comunidad de El Progreso, Torrijos Carter, hay comedor infantil.

Mientras, las hermanas preparan la crema nutritiva y el olor se siente hasta en los derredores. Los pequeños llegan, oran, comen, agradecen y se van. La sonrisa que dibujan en sus labios al despedirse es sinónimo de que fue un buen desayuno pero, sobre todo, es un "gracias" reiterado, que los voluntarios del comedor reciben con beneplácito, mientras les recuerdan que a las 11 de la mañana estará listo el almuerzo.

Sin embargo, los 100 niños que acuden al comedor podrían enfrentarse con que algún día deban regresar a sus casas con sus platos y estómagos vacíos, ya que hay pocos recursos, incluso, los que se encargan de comprar los alimentos sacan de lo poco que tienen para compartir. Además, cuentan con el apoyo del hermano Emil Tuñón, quien aborda algunos "diablos rojos" y explica la situación de los chicos. Fue de esa manera como DIAaDIA lo conoció. "Hay mucha gente que cuando uno se sube a los buses y pide la ayuda, no apoyan, pues ya perdieron la confianza en las personas que lo hacen, sin embargo, soy diferente", manifestó.

Las palabras empeñadas de políticos, prometiendo ayudarlos, no han faltado, empero al igual que en muchos casos, de eso no han pasado. Y es que la necesidad de ese comedor infantil va más allá de la comida para los pequeños, a quienes sólo les piden que lleven sus cubiertos. La estructura del templo parece ceder de a poco ante el inclemente tiempo, y no es para menos, pues está edificada con pedazos de madera y 'playwood', deteriorados por los efectos del comején y la humedad.

No obstante, a pesar de las adversidades, los miembros de "Roca de Agua Viva", liderados por la pastora Cecilia de Chaverra, desconocen algún obstáculo para llevar a cabo su labor de amor, a la que se aventuraron hace dos años y de la que asegura la líder le fue encomendada por Dios.

Apoyar a esos cien niños, que tienen entre cero y 15 años, se trata de una misión que más que alimentar, gratifica, pues la sonrisa de uno contento y agradecido vale más que mil palabras.

CONTACTO

Puede llamar a la pastora Cecilia de Chaverra al 6831-3286.





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