"Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo, sino también placer".José Mujica
Vivimos tiempos extraordinarios, sí, tiempos en que la poesía (el género que no se vende, según las editoras) está incendiado las ciudades de nuestro continente...y sin tomar prisioneros. No hay mes del año en el que no ocurra un evento internacional de poetas del habla hispana. Y en otros idiomas también. Es un fenómeno mundial: la poesía cabalga por el planeta.
¿Y en Panamá? Se dice que aquí nadie lee nada, que leer es una pérdida de tiempo. ¿Cómo, entonces, sumar a nuestro país al fenómeno literario mundial? ¿Cómo convertir la lectura en una inversión que otorga ganancias?
Habrá que promulgar una ley que promueva la edición de libros a bajos costos, quizás establecer estímulos fiscales a quienes organicen círculos de lectura en centros de estudios o laborales. ¿Podremos convencer a la clase política de que leer literatura es construir democracia? Es indispensable involucrar a la empresa privada y convencerla de que la poesía reditúa. El Festival de Granada, Nicaragua, reportó ganancias por arriba del medio millón de dólares. Tal vez se puedan vender paquetes turísticos que incluyan festivales de poesía como atracción.
Todo lo que he dicho es una posibilidad. Ahora voy a contar una realidad. Hace unos años un buen amigo enfermó gravemente. Le descubrieron un cáncer. Apenas le dieron unos cuantos meses de vida. Pero vivió seis años más. ¿Por qué? Porque se dedicó a leer. A leer todo sobre el cáncer, la salud, la buena actitud y sobre todo, la fe, la belleza y el amor. Todo lo necesario para afrontar a la muerte y vivir intensamente.
¿No son estas buenas razones para convertirse en un buen lector?