indígenas NAsOs Y BRIBRí buscan un lugar en la sociedad.

‘Queremos que nos conozcan’


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Los nasos también viven muy apartados.

ROXANA PALACIO

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Los nasos también viven muy apartados.

    ROXANA PALACIO

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Deben caminar muchas horas.

    Fotos: ROXANA PALACIO

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Tanto los nasos como los bribrí viven en casas hechas de madera y pencas construidas por ellos mismos.

    Fotos: ROXANA PALACIO

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Para llegar a la población naso, se deben tomar estas canoas y viajar una hora y media río arriba.Foto: ROXANA PALACIO

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Los niños son la esperanza.

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Reynaldo Santana (de blanco), “rey naso”.

  • ‘Queremos que nos conozcan’

    Los niños requieren la mayor atención.

    Foto: ROXANA PALACIO

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    Deben caminar muchas horas.

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    Tanto los nasos como los bribrí viven en casas hechas de madera y pencas construidas por ellos mismos.

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    Para llegar a la población naso, se deben tomar estas canoas y viajar una hora y media río arriba.Foto: ROXANA PALACIO

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    Reynaldo Santana (de blanco), “rey naso”.

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    Para llegar a la población naso, se deben tomar estas canoas y viajar una hora y media río arriba.Foto: ROXANA PALACIO

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    Reynaldo Santana (de blanco), “rey naso”.

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Roxana Palacio - DIAaDIA

Luchan por salir adelante. Muy alejados del mundo real, sin pizca muchas veces de malicia, los bribrí son los grupos originarios menos numerosos y más pobres del país.

Allá en las riberas del río Sixaola, la noticia de la llegada de un grupo de latinos a la comunidad corrió como pólvora y es que la presencia de personas ajenas a su etnia no es común. Nadie se quería perder la visita.

Mariela Guerra pelaba plátano verde y unas mazorcas para prepararle el almuerzo a sus seis hijos y esposo, ella es una indígena bribrí, quien a pesar de ser panameña, admitió que tuvo que inscribir a sus hijos como ciudadanos costarricenses para por lo menos darles un nombre, ya que en el último pueblo de la provincia de Bocas del Toro, no hay autoridades locales y por lo inaccesible del lugar, les es más factible registrarse en Costa Rica.

Al principio estaba reacia a hablar, pero luego, con una voz serena y tajante, esta mujer de piel bañada por el sol afirmó: “Queremos que nos conozcan”, pues ella y el resto de la población sabe que así las familias podrán tener acceso a atención médica de emergencia y educación.

No pierden las tradiciones

Según el censo realizado en el 2010, el pueblo Bribrí está constituido por unos 1,068 habitantes, entre Panamá y Costa Rica, quienes a pesar de los años, viven tratando de conservar sus tradiciones, en medio de la armonía con la naturaleza.

Ellos habitan a lo largo del río Sixaola, en la provincia de Bocas del Toro, y tienen reservas indígenas en Salitre, Cabragra, Buenos Aires y en Talamanca, en la provincia de Puntarenas, además de las regiones Huerta Atlántica y Kekodi, todo esto en Costa Rica.

En general, los bribrí han conservado la lengua española, tanto en forma oral como escrita. Su actividad más importante es la agricultura, principalmente el cultivo del cacao y el plátano, aunque también cultivan maíz, frijoles y tubérculos.

Según Mariela, las mujeres de la tribu han podido practicar un sistema de trueque que les ha servido para subsistir. También apoyan a sus parejas en la pesca, caza de aves y en la cría de cerdos.

Pero, la más importante expresión artesanal de los bribrí es la cestería y la fabricación de instrumentos musicales; para la confección utilizan diversos elementos naturales.

En su lenguaje peculiar, Luis Guerra, un orgulloso bribrí, no se contuvo y entró en la conversación: “Es hermoso ser indio panameño y también orgulloso de ser indio e inteligente como nuestro Dios lo quiso. Somos racionales, queremos nuestro prójimo y somos amables, muchas veces no como la sociedad latina”.

Nasos, un grupo indígena bien organizado

En medio de una paz y seguridad al hablar, los nasos explican que son un grupo indígena bien definido y compacto, que se conoce desde que los primeros exploradores españoles penetraron en la región bañada por el río Teribe y sus afluentes.

Reynaldo Santana, “rey naso”, quien ahora ocupa el trono, sostuvo que siempre se han caracterizado por ser comunidades más luchadoras que las tribus vecinas.

Él se remontó a aquellos tiempos en los que tenían como enemigos a los chánguenas o chánguinas, que eran una tribu caribe de notable fiereza, y a los talamancas, que habitaban las riberas del río Sixaola. Los nasos, originalmente un pueblo que habitaba cerca de la costa, fueron finalmente enviados hacia las montañas, donde se radican en la actualidad, debido a la presión de los misquitos nicaragüenses, tribu que “cazaba” trabajadores para el nuevo colono británico.

El rey naso se refirió a que fue hasta la llegada al trono de su abuelo, Lázaro Santana, cuando se produjo una era de paz y prosperidad en la región, seguido por su padre Simeón, quien promovió centros escolares y comedores, y fue quien propuso la creación de una comarca indígena en 1973. Desde ese año, él quedó al frente del pueblo, que después de tantas luchas, comienza a prosperar económicamente, aunque siguen teniendo algunos conflictos, sobre todo de tierras y productos artesanales, con los bribrí y los talamanca. Aún así, su mayor lucha es lograr que los reconozcan como comarca.

Sueñan con ser una comarca

Llenos de riqueza natural. Los nasos son un grupo que ha luchado y sigue haciéndolo para lograr una mejor calidad de vida y para que se les designe como comarca. DIAaDIA conversó con Reynaldo Santana, “rey naso”, quien explicó que Panamá es el único país de Latinoamérica en donde a una autoridad, en este caso indígena, se le denomina “rey”, porque es elegida por el pueblo y para el pueblo.

Según Santana, hace más de 40 años vienen solicitando al Gobierno que los reconozca como comarca, ya que para ellos es de vital importancia conservar su espacio natural, sus reservas, su lengua y su cultura.

Desean ser dueños legítimos de las tierras

“T Jer Di”, somos de aquí, es lo que significa en lengua naso estas palabras que demuestran el deseo de ser reconocidos, al igual que los Bribrí.

Y es que, los reclamos de hace mucho tiempo de los Naso surgen a consecuencia de que sus tierras sean reconocidas y tituladas. “A diferencia de la mayoría de países en Latinoamérica, el gobierno de Panamá nunca ha creado un mecanismo legal para que la población indígena obtenga títulos de sus tierras”, manifestó el “Rey Naso”.

Miles de pobladores

La población indígena Naso, que llega a 4,046 personas, vive principalmente como agricultores de subsistencia en once comunidades ubicadas junto a la Reserva de la Biosfera La Amistad, un sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO que se extiende a lo largo de Panamá y Costa Rica, desde los arrecifes de coral del Caribe hasta los picos de la cordillera de Talamanca. También se encuentran en Changuinola y la cabecera del río Terbi.

El nombre que le dan los naso al Río Teribe proviene de la mítica “Abuela”, el espíritu guía de los ancestros naso. En las comunidades aún se habla el naso, aunque el idioma va en franco retroceso por los procesos de aculturización.

Ellos son regidos por el único monarca restante en el hemisferio occidental, que sirve como el rey elegido de una familia real, en este caso los Santana.

Serán reconocidos

Se busca la paz. En medio de algunos conflictos y solicitudes por parte de los pueblos Naso y Bribrí, DIAaDIA acompañó a la Defensoría del Pueblo para un recorrido por esas comunidades y así conocer sus problemáticas y requerimientos, ya que busca ser mediador con el Gobierno.

Beyda Mojica, de la Defensoría del Pueblo, enfatizó que la entidad está dándole seguimiento al hecho de que los indígenas tengan que reconocer a sus hijos en Costa Rica, a pesar de ser ciudadanos panameños, esto por lo inaccesible del lugar.

Se conoció extraoficialmente, que el Tribunal Electoral tiene planeado viajar a esas áreas en los próximos meses para hacer los debidos registros, incluso a consolidarlos y poder registrarlos a todos, así como a que el próximo año se construya una sede de esa entidad en Changuinola.

 
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