Vecinos conflictivos, exceso de ruido, obras molestas, riñas, uso inapropiado de las instalaciones, gatos y perros que enferman, acuerdos que no cumplen la mayoría ... ¿Quién no se ha visto alguna vez involucrado en una disputa de vecinos?
Tal vez, usted se identifique con estos problemas, pero alejado de lo que se piensa, los altercados entre vecinos, que se ventilan en las Corregidurías como primera instancia que atienden las faltas administrativas de policía, no sólo se dan en barrios populares, sino que en mayor número en barriadas de clase media y alta.
La carencia de tolerancia es el factor clave. Antes de conversar lo que les molesta, prefieren agarrarse a los puños. Esto hace que en las Corregidurías, como Belisario Porras en San Miguelito, lleguen unas 10 denuncias diarias de este tipo y en la de Río Abajo, de 3 a 5 semanales, con la diferencia de que es entre vecinos de clase media.
CANSADOS DE SOPORTARLOS
Ana Laura tenía un año de haberse mudado a su casa nueva en Brisas del Golf; como estaba en una esquina, sólo tenía vecinos en la parte trasera y al lado izquierdo.
Todo marchaba bien con el que colindaba con su patio, el otro aún no se había mudado.
Llegó el día y después de ocho meses de convivencia, empezaron las diferencias. La mamá de Lucy, su nueva vecina, quería mandar en el espacio de Ana Laura.
Como las lavanderías no estaban cercadas, le decía improperios a la niñera; ella tomó la decisión de conversarlo con Lucy, pero ésta prefirió "montarle la guerra".
Lucy lo tomó de forma personal e insultaba desde su casa a la familia de Ana, ésta reaccionó y se agarraron a golpes. Fueron a parar al Juzgado Nocturno y Ana Laura tuvo que pagar una multa de B/. 60.00. A ambas les pusieron una fianza, que siempre respetaron.
Ana Laura sabe que no fue lo correcto, pero esto aquietó a Lucy: no se ha vuelto a meter con ella. "Esa fue una reacción, tú estás en tu casa y tu vecino no respeta su espacio", dijo Ana. Han pasado más de cinco años y ambas viven aisladas.
HASTA DONDE LLEGAN
Éste no es el único caso, Miguel Abad, coordinador de corregidores de San Miguelito, explicó que en este Municipio se deslindan casos de tipo correccional, peleas entre vecinos, bochinches, amenazas, hurtos, amagos, que tienen que ver con alguna simulación de delito, y los civiles de controversia son los de problemáticas de muros, canaletas, tierras, kioscos, que diferente a los anteriores, pasan a la Secretaría Municipal de Obras y Construcciones, donde los técnicos hacen las mediciones para que el Corregidor pueda tomar una decisión.
Cuando se llega a los golpes, se les pone una multa que oscila entre 30 y 100 dólares, según el Código Administrativo. Casi como regla general, una fianza de buena conducta puede llegar hasta los 600 dólares. Son pocas las que se incumplen.
COMPORTAMIENTOS DISTINTOS
Enrique Amado Ortega, corregidor de Belisario Porras, San Miguelito, explicó que en este sector se dan más las riñas por defender a los niños, donde las protagonistas son las mujeres, hasta involucran a los esposos.
Esto desata amenazas de muerte, amagos y provocaciones. En promedio, llegan 10 quejas diarias de tipo correccional y se sanciona al 80% de los casos. A diferencia de otras corregidurías, el 50% de los sancionados solicita la reconsideración de la multa.
Por ser un lugar sin planificación urbana, abundan los problemas de linderos y aguas pluviales; por eso, se han construido veredas y calles para resolver los problemas vecinales.
SON DIFERENTES
Aunque están en el mismo distrito, en el corregimiento Rufina Alfaro, que comprende barriadas como Cerro Viento, San Antonio y Brisas del Golf, por nombrar algunas, los problemas se dan por muros, animales que se pasan a la casa del vecino o les afecta la salud, música alta, niños que juegan en la calle, pelotas que se cruzan a otros patios, obstrucción de estacionamientos, entre otros, que llegan a la agresión física, pero pocos incumplen las fianzas.
La corregidora Julissa De León dijo que, en agosto, recibieron 18 casos de correccionales y 8 de controversia civil.
SIGUE GIRANDO
Lourdes Guerra, corregidora de Bella Vista, indicó que acá no se dan problemas de saber si el muro del vecino está en terreno ajeno, sino de muros a punto de caer por el árbol del vecino. "No se agarran a los golpes, los resuelven entre ellos antes de recurrir a las autoridades", aseguró.
Los que se destacan son por ruido de las construcciones, proliferación de bares y restaurantes. Además, hay quejas por la conducta de las personas.
ES RADICAL
Omar Ahumada, corregidor de Río Abajo, afirmó que las quejas son de vecinos de barriadas y las más comunes por el mal olor del excremento del animal, ruido, muros y el agua que cae dentro del terreno.
Sabe que la fianza es una medida respetada por las partes; sólo tiene un caso de una persona que está prófuga y tiene orden de captura por parte de la Corregiduría.
QUE ESTA PASANDO
El sociólogo Raúl Leis dijo que esto se da, porque vivimos en una sociedad violenta y más intolerante.
Afirmó que no es un problema aislado de los vecinos, lo viven a diario los padres de familia, los maestros, estudiantes, vendedores y la gente en la calle.
Agregó que tenemos un déficit de tolerancia, no poseemos la capacidad de convivir con otras personas, que son diferentes entre nosotros.
"Hay que trabajar la tolerancia como un valor, es algo que no se cambia por decreto; pero se logra, gradualmente, a través de la educación y la comunicación", concluyó.
A TODO NIVEL
Para solucionar los problemas entre vecinos, nada mejor que conocer los derechos y obligaciones que nos asisten.
A las Corregidurías, llegan también consultas y denuncias.
Las peleas entre vecinos se dan a todo nivel, igual como sucede con la violencia contra la mujer.
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