ENTRE NOS
La computadora y yo

Elizabeth M. de Lao | DIAaDIA

Cuando canto victoria, creyendo que ya estoy al día... ¡zas!, surge un nuevo "elementito" que desconozco por completo.

Lo que más me pone la cabeza al revés, es que mis hijos me superan años luz con respecto a lo que ellos saben y yo no.

Confieso que la primera vez que usé una, hace muchos años, tenía miedo. Sabía en qué posición estaba cada letra (domino el teclado guía), pero el jolgorio se me formó cuando tuve en mis manos el ratón. Quería que me agrandaran el escritorio para tener espacio para moverlo. El "condenado" se me iba muy rápido o muy lento. ¡Wao!, para alguien como yo, que comenzó en el periodismo con las viejas y macheteras máquinas Olimpia, fue una tortura pasar a la computadora.

Pero me gustan los retos y lo enfrenté. Tomé el toro por los cuernos y aprendí. Dominé el ratón, los programas y el internet. Hoy, son mi pan de cada día.

Pero ahora, cada vez que surge algo, vuelvo a sentir el gusanito de la "ignorancia tecnológica". Cuando en la escuela de mis hijos me dijeron que tenía que "eliminar los cookies" para ver las notas en internet, me pregunté: ¿Y qué rayos es cookies? Di y di hasta que lo encontré. Me pasé horas buscándolo, porque no quería preguntar a nadie para no pecar de ignorante.

Y la cosa sigue. Otro día, durante una reunión hablaban de "post algo". Y yo, sonreída para mis adentros, pensaba que no tenía ni idea de lo que me hablaban. Averigüé y ya sé. Otro día, mencionaron tantos "elementitos", que los apunté en mi libreta y otra vez dediqué horas a saber qué eran. Los aprendí.

Pero ahora, encima, me ponen nuevas "cositas" en los celulares. Mi hijo quiere algo de "eso" para Navidad. Lo único que yo sé es que tiene que ver con la computadora. Lo primero que haré es verificar el nombre de la "cosita", que sonó raro. Y otra vez... ¡a renovarme tecnológicamente hablando! No me queda de otra. ¿Le suena familiar?

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