
Presidente
Sociedad Panameña de Pediatría
La adolescencia es la etapa de transición durante la cual el niño se transforma en adulto. Se puede delimitar entre los 10 y 20 años.
Ocurren cambios físicos y psicológicos marcados, dándose la aparición y desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. Una vez la niña tiene su primera menstruación y el varón tiene su primera eyaculación, ya están en capacidad de engendrar un nuevo ser. De allí la importancia que la sociedad en general: padres de familia, educadores, personal de salud y medios de comunicación orientan de la mejor manera y en forma responsable a los adolescentes.
Todo empieza en el núcleo familiar: el amor, respeto, valores, comunicación entre padres e hijos en un ambiente armónico y de libertad (no libertinaje).
Uno de los problemas más serios relacionados a esta etapa es el embarazo, tomando en cuenta las cifras alarmantes de embarazos en niñas y adolescentes. Nuestro país no es la excepción y es una situación preocupante, ya que las adolescentes no tienen la madurez física ni emocional para afrontar las complicaciones de un embarazo precoz.
Hablamos de una situación en la que se pone en riesgo la salud y la vida de la joven y el bebé. Tiene implicaciones a nivel psicológico, familiar y social.
Se exponen
Más las chicas
1 - Que los chicos
En nuestra sociedad se estigmatiza a la joven que se embaraza y no al padre adolescente.
2 - Produce rechazo
Es común la discriminación familiar y social. Ella debe aprender a lidiar con todo eso en una etapa que de por sí es complicada.
3 - Autoestima
La chica se expone a una baja autoestima, así como a una pérdida de oportunidades educativas y laborales.
4 - Responsabilidades
Adquiere responsabilidades a una edad temprana en la que se carece de madurez psicológica y física.
5 - Educación sexual
Nos corresponde, como padres, que nuestros hijos participen activamente en el proceso de educación sexual.
Riesgos
Hay mayor riesgo de enfermedad y muerte para la adolescente y el feto.
Entre las causas están: hipertensión arterial, alteraciones nutricionales, anemia, infecciones urinarias, mayor incidencia de abortos, prematuridad y bajo peso y alteraciones genéticas en el bebé.