Una de las etapas más difíciles de la crianza de un hijo es cuando llega la adolescencia, y con ella la rebeldía. Por lo general, los padres miden el éxito de su educación por el dominio que tienen sobre sus hijos; sin embargo, la rebeldía no necesariamente tiene que interpretarse como una actitud negativa, al contrario, ésta puede ser impulsadora de muchas actitudes provechosas.
El acto de rebelarse contra algo brinda al adolescente la oportunidad de hacer crecer sus modelos, lo que ayuda a desarrollar un estilo de pensamiento propio con personalidad y determinación.
La rebeldía puede ser producto de diferentes factores, ya sea miedo a actuar, miedo a enfrentar situaciones difíciles o simplemente por querer ir en contra de las normas sociales, pero el origen común de todo es la inseguridad y falta de madurez. Esto no llegará a ser perjudicial si se acompaña de criterio y apoyo por parte de los padres.
Antes de juzgar o aprobar las ideas de un adolescente rebelde, procure hacer lo siguiente:
Identifique la actitud Escuche al adolescente. Déjelo que manifieste y justifique su punto de vista.
lPonga en claro su posición al respecto, pero sea comprensivo . No intente sobreponer su posición dando discursos ni intentando convencerlo de nada. El objetivo es discutir una idea, no descubrir quién tiene la razón. Haga entender al joven que la razón no es el único objetivo, es posible equivocarse y se debe aprender de ello analizando la situación y viendo sus consecuencias. Deje que sus hijos desarrollen sus propias ideas y que crezcan libremente , siempre guiándolos con buenos modelos y consejos.
|