"Querer es poder", así lo dejó demostrado el señor Francisco Javier, de 62 años, quien hasta hace unos días no sabía leer ni escribir. Para él, el programa de Educación de Adultos ha sido la oportunidad que Dios le ha regalado.
En la empresa CALESA de Aguadulce, hay gran cantidad de campesinos de diferentes sectores de Coclé y Veraguas, que se dedican a trabajar en diferentes actividades, entre ellas el corte de caña. Ellos viven en un área denominada El Corozo.
Como Francisco, hay otras personas adultas, a quienes se les hace difícil desenvolverse, porque muchos no saben leer ni escribir e incluso algunos todavía firman colocando su huella digital.
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