No llegaron a su destino


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Los chicos no podían creer que estaban bien.

Foto: EVERGTON LEMON

  • No llegaron  a su destino

    Los chicos no podían creer que estaban bien.

    Foto: EVERGTON LEMON

  • No llegaron  a su destino

    “La verdad que sentí mucho miedo y me lastimé la rodilla, pero gracias a Dios a nadie le pasó nada y estamos bien”.

    Ángel Fong

  • No llegaron  a su destino

    “Cuando me dijeron lo del accidente, pensé que algo malo les había ocurrido, pero por suerte Dios los protegió”.

    David Rentería

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    Los chicos no podían creer que estaban bien.

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    “La verdad que sentí mucho miedo y me lastimé la rodilla, pero gracias a Dios a nadie le pasó nada y estamos bien”.

    Ángel Fong

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    “Cuando me dijeron lo del accidente, pensé que algo malo les había ocurrido, pero por suerte Dios los protegió”.

    David Rentería

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    “La verdad que sentí mucho miedo y me lastimé la rodilla, pero gracias a Dios a nadie le pasó nada y estamos bien”.

    Ángel Fong

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    “Cuando me dijeron lo del accidente, pensé que algo malo les había ocurrido, pero por suerte Dios los protegió”.

    David Rentería

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    “La verdad que sentí mucho miedo y me lastimé la rodilla, pero gracias a Dios a nadie le pasó nada y estamos bien”.

    Ángel Fong

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    “Cuando me dijeron lo del accidente, pensé que algo malo les había ocurrido, pero por suerte Dios los protegió”.

    David Rentería

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    Los chicos no podían creer que estaban bien.

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    “La verdad que sentí mucho miedo y me lastimé la rodilla, pero gracias a Dios a nadie le pasó nada y estamos bien”.

    Ángel Fong

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    “Cuando me dijeron lo del accidente, pensé que algo malo les había ocurrido, pero por suerte Dios los protegió”.

    David Rentería

Carolina Sánchez P. - DIAaDIA

La mano de Dios estuvo con ellos. Ayer, a las 8:00 a.m., un grupo de 40 personas, entre estos 30 niños y adolescentes entre 12 y 15 años, todos deportistas de la Academia de Fútbol Internacional, emprendieron un viaje desde Colón para llegar a un juego, cuando a eso de las 10:45 a.m., frente a la caseta del Corredor Norte, camino hacia el vertedero de Cerro Patacón, el conductor del bus perdió el control, cuando un carro se metió en su carril.

El bus quedó llantas arriba y, mientras rodaba, adentro las personas gritaban y pedían ayuda. Algunas salieron por las ventanas, otras, en medio de los nervios, fueron asistidas por los adultos.

Eduardo Fernández, quien era uno de los pasajeros, manifestó que mientras el bus se volteó sintió mucho miedo y creyó que iba a morir. “Le doy gracias a Dios que no me pasó nada y estoy bien”, dijo el deportista.

Eliécer Madrid, director técnico, manifestó que la única persona que quedó atrapada fue el conductor, quien no podía salir porque el timón estaba sobre su pecho. “Escuché al conductor pedir ayuda, pero los niños también necesitaban ayuda. Espero que se mejore”, dijo Madrid.

Omar Smith, director de Operaciones del Sume 911, expresó que se utilizaron cuatro ambulancias, en las que atendieron a los niños con raspones y síndrome de latigazo. Todos fueron trasladados al Hospital San Miguel Arcángel, en donde recibieron atención médica.

Mientras, las autoridades del Tránsito hacen las investigaciones para determinar qué ocurrió.

 
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