Convicción por la vida y el trabajo
Juan Bautista Solís

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Es un valioso testimonio. Hay mucha gente que se queja de la falta de un trabajo, algunos están cansados de vivir y quizás por esa razón muchos jóvenes son presas del ocio; pero, a pesar de eso, hay panameños que tienen poco y luchan por alcanzar mejores días.

Juan Bautista Solís es uno de ellos. Un anciano amable, jocoso y decidido a enfrentar los embates que la vida le trace en su camino.

Inició alegando que no logró jubilarse, razón por la cual su destino se ha tejido entre cuotas de sacrificios, sudor y lágrimas por su familia.

Hace 50 años salió de Río Hondo, Las Tablas, su pueblo natal, en busca de mejores oportunidades de trabajo. Al llegar a la ciudad, trabajó por varios años en la construcción y también practicó la agricultura en una finca en Cañitas de Chepo. A ese ritmo ha logrado mantener a sus cuatro hijos, con quien vive en Paso Blanco de Pacora.

Actualmente, Juan Bautista se dedica a la venta de guineos. Comentó que diariamente sale de su hogar a las 3:30 a.m. y llega a su puesto de venta, en Plaza Tocumen, a las 5:00 a.m. A esa hora empieza su jornada, no sin antes encomendarse al Creador.

Dijo que allí en una sencilla carpa improvisada, vende guineos a precios módicos. Lo más admirable de este señor es el entusiasmo que tiene por la vida, a pesar de sus 75 años de edad. Sostuvo que se retira a las 6: 00 p.m., se siente sano y fuerte para trabajar.

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