Ya no saben cómo ayudarlo. A pesar de que el consumo de drogas fue lo que lo llevó a estar así, el señor, quien dice llamarse Edwin Cartón, necesita una mano amiga.
Durante años, este señor es visto por las calles de El Chorrillo, donde por cosas del destino empezó a consumir sustancias ilícitas, pero tanta fue su adicción que también empezó a inyectársela. A él lo encontramos en la esquina de la calle Pedro Obarrio, sentado en la vereda, sin camisa, sin zapatos y quejándose del dolor.
Su precaria situación es, a veces, motivo de disputa entre los vecinos, pues producto del mal olor que emana por las infecciones en sus brazos, hay quienes le echan agua para que se vaya, pero otros llaman a la Policía para que se lo lleve a un hospital.
"Lo malo es que cuando está allá se escapa y se trae las inyecciones para seguir metiéndose droga", dijo una de las moradoras, quien aseguró que él recibe una pensión de la Zona y que su familia sólo lo buscaba para ir a cobrarla, le quitaba la plata y se desaparecía, pero hace un tiempo no los ven por el barrio.
Ellos piden a las autoridades que lo internen en algún lugar, porque llegaron a afirmar que requiere que le amputen los brazos y que por eso se escapa del hospital.