El 28 de octubre de 2009, la directora de noticias de TVN -molesta por las columnas de opinión sobre televisión- escribía en su blog de la página Web del canal lo siguiente: "Cinco años en la Dirección de Noticias, varios puntos de ratings y muchos aprendizajes después, siento que tengo algo que decir sobre la ciencia y el arte de hacer periodismo de televisión". ¡Tenía razón la señora! Sí es un arte hacer televisión. Sí es un arte hacer periodismo, por eso creo que ella debe llevar una semana de terribles dolores de cabeza y hasta estomacales por el tsunami de malas opiniones y críticas desfavorables que ha recibido su nueva propuesta, "dizque informativa", La Ultima Hora.
Y es que el martes pasado recibí correos muy fuertes de mis lectores, inclusive de colegas de esa televisora que me reclamaban el por qué no había opinado sobre este disparate disfrazado de show. Yo había decidido esperar una semana de emisiones para poder dar una opinión analizándolo minuto a minuto. Ese espacio, que no se diferencia en nada a Parecen Noticias, no cumple, ni siquiera, como ellos prometieron, con 'desestresarnos' antes de dormir, porque es malo desde el inicio hasta el final.
Si bien es cierto, Síntesis Informativa no era el mejor noticiario, sí superaba con creces la porquería que han programado y pautado en su lugar. En este se nota la improvisación y carencia de producción noticiosa, visual y artística. ¡Aunque tiene cabeza, en pantalla refleja no tener ni pie! No tiene buen presentador porque va a un ritmo diferente al que debería ir con un formato supuestamente ágil. Es un show sin buena información, sin buena escenografía, sin buenos segmentos, sin buenas animaciones, sin buenos co-presentadores, ¡sin arte! Se nota la ausencia de buen gusto, de contenido, de olfato periodístico "profesional", de manejo frente a las cámaras y comunicación corporal, de ritmo, de coherencia entre audio e imagen, de secuencia, del arte de hacer reír y/o entretener y sobre todo de respeto al sagrado oficio de informar.
Es la mejor muestra de que no todos los formatos de show radiales funcionan para televisión. De que no todo el que sirve para radio sirve para televisión, de que no es lo mismo estar modelando ropa y joyería en un programa de modas, que interactuar -pésimamente, por cierto- con la gente vía electrónica porque hasta eso, que parece una tontería y no lo es, hay que saber hacerlo bien frente a las cámaras.
De que no todo actor de teatro sirve para televisión (sino pregúntele a la maestra Celia González, La Bochinchosa, que es buena para el teatro y buena para televisión porque conoce las diferentes técnicas para ambos escenarios). Hay que respetar a la audiencia. Ya basta de propuestas huecas.
No hay que ser "gurú" para darse cuenta que de todos los estrenos de este 2010 es lo peor que se ha presentado en la televisión pues desde la primera emisión los desaciertos abundaron. La improvisación en directo fue lo que sobró por no tener las características de shows ni noticiosos, ni de entretenimiento, ni de noticias 'light'.
Sencillamente no tiene identidad porque está mal hecho. ¿Por qué aprobar un programa que en su primera semana al aire han salido 37 errores elementales de producción que en primer año de la universidad se aprende a que no ocurran? ¿Por robarle un personaje a Medcom que allá tampoco funcionó? ¿Qué empresa seria anula un noticiario por un mal chiste?
Lamento mucho que los cinco años, los puntos de ratings y los aprendizajes no le hayan servido, por el prestigio de su marca, para no aprobar la salida al aire de esa cosa rarísima y extraña que se llama 'La última hora'. Pero ¡ojo! tiene algo de positivo que le tengo que reconocer. ¡Es un somnífero efectivísimo!