No quiero hacer publicidad a ningún producto. Sin embargo, hay una cuña publicitaria que me llama la atención, aunque lastimosamente la cortaron justo donde había un gran mensaje.

Se trata de la promoción de un refresco. En la cuña invitan a los jóvenes a expresarse sin temor al ridículo. Así, sale una chica en el cine proclamando a los cuatro vientos que ella usa rellenos en los senos; un joven dice que a él lo lleva su mamá a la escuela; la otra le grita "te amo" al novio.

Por último, salía (ya no sale) un joven "Emo" diciendo "soy feliz". A este último debió costarle mucho hacer semejante revelación, tomando en cuenta que a los "emos" se les percibe como personas rebeldes, deprimidas, tristes, sombrías y sufridas, con el pelo cubriéndoles un lado de la cara, para reflejar su lado antisocial.

Pero volvamos al inicio. Me agrada este comercial porque el emo, que salía de último, no tenía ningún reparo en decir que era feliz. No le importó la presión de grupo.

Traigo el tema a colación porque he vuelto a recibir mensajes sobre la presencia de grupos góticos, emos y otros en los colegios. Se les ha encontrado a los chicos mensajes suicidas, de odio, diabólicos en los cuadernos. Supe de una chica que se fue de su colegio porque le hallaron el cuaderno con mensajes satánicos. Ella se vestía como emo y como gótica.

Se sabe que pertenece a un grupito que se hace heridas en sus cuerpos y que la presiona.

Y ahí quiero llegar: jóvenes, nadie, absolutamente nadie, debe tener el poder para influir en ustedes y llevarlos a hacer algo que atente contra sus principios y sus vidas. Hagan como el emo del comercial: griten a viva voz: ¡soy feliz! sin miedo al qué dirán.