¿Quién educa a su hijo?

Larissa De León Gutiérrez | DIAaDIA

¿Cuántos de ustedes no han sentido subir la adrenalina de su cuerpo hasta su cabeza y que esta esté a punto de hacer puff?... Todo por los comentarios, consejos y críticas sobre el supuesto mal papel que realizan en la educación de sus hijos. ¿Cómo controlar y aprovechar esas situaciones? Bueno, según la psicóloga Fátima Cedeño, la lista es larga: abuelos, hermanos, nanas, cuñados, tíos, primos, amigos y hasta vecinos influyen de una manera u otra en la educación de los hijos. Así que tome nota a lo que le diremos.

LOS ABUELOS

Cedeño considera que existen dos tipos de abuelos: los regalones y los ayudadores. Los primeros sólo buscan que los nietos estén felices con ellos y para eso se desviven por hacer lo que los niños quieran, los llenan de regalos y dulces; los ayudadores, en cambio, quieren apoyar a los papás en lo que puedan.

LA NIñERA

La psicóloga dijo que, para evitar conflictos y "ñañequerías", lo primero será elegir con calma a esa persona. La elección será distinta si la mamá trabaja fuera del hogar, que si está en la casa, pues si trabaja, la nana será la autoridad de los niños durante gran cantidad de horas y hay que darles instrucciones claras, manifestó.

LA FAMILIA

Cedeño explicó que las relaciones familiares son muy buenas y hay que fomentar el cariño y la unión de los primos. Respecto a esos miembros de la familia que opinan sobre todo y se meten a educar a los otros, dijo que hay que hablarles claro y, con cariño, pedirles que no se metan, ya que es bueno saber que la mejor forma de ayudar es con el ejemplo.

LOS AMIGOS

"En la vida nadie es mejor o peor porque se sacó los pañales al año o a los tres años, ni porque dejó el chupete antes o después, cada niño tiene su ritmo y cada familia es distinta, lo que hay que hacer es respetar y evitar comparaciones", manifestó Cedeño.

La especialista dijo que es importante tener presente que:

  • Los padres son los responsables de la educación de los hijos y son ellos quienes determinan horarios, normas y el estilo de vida.

  • Hay que oír, comparar y evaluar. Habrá veces que le darán un buen consejo o aprenderá con la comparación, pero siempre hay que tener presente que los padres son los que deciden y se responsabilizan por eso.

  • Otras veces habrá que callar con toda tranquilidad.

  • Un padre siempre trata de hacer todo bien y de no equivocarse, pero, si eso pasa, hay que sacar lo mejor de la situación y seguir adelante.

Por último, señaló que un padre nunca debe creerse un sabelotodo: hay que estar abierto a que el otro puede tener razón y reconocer que tienen dudas acerca de las decisiones.

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