Pasadas las 12 del mediodía de ayer, eran pocas las personas presentes. La hora del almuerzo había pasado.
Un vendedor ambulante estaba sentado en la mesa junto a una dama; él acababa de terminar de comer. De pronto, se levantaba y cambiaba el televisor que se encontraba, estratégicamente, colocado arriba del mostrador de la fonda San Lázaro, ubicada detrás de los estacionamientos del Hospital del Niño.
Ni más ni menos, sintonizó el partido entre el Real Madrid y el Olympique de Lyon, por el grupo E, de la Liga de Campeones de Europa.
"Allí está el primero", exclamó cuando cayó el primer gol. Este joven era el único que estaba pendiente del partido, al frente tenía a una niña que se tomaba una sopa y la dama a su lado estaba "dándole" a un plato de comida.
"¡Qué va! A este equipo le va a pasar lo mismo del año pasado", manifestó en referencia al Real Madrid, cuando el Lyon anotó el segundo gol. El joven vendedor no le iba al equipo blanco.
"Está Iker Casillas que no sabe ni dónde tiene el corazón", comentaba cuando el Lyon atacaba y el portero del Madrid se lucía atajando disparos. Todo esto sucedía sin que las dependientes de la fonda, dejaran de desfilar de adentro hacia afuera con deliciosos platos de comida criolla, recién sacados de la paila.
Un hombre se acercó detrás de la cerca de los estacionamientos y preguntó cómo iba el partido. "Va 2 a 0, apenas es el primer tiempo; en el segundo vienen más", respondió sonreído el fanático de fútbol.
Cuando atacaba el Real Madrid, el tipo elogiaba el trabajo de Cicinho. Por casualidad, se escuchaba cerca la sirena de una ambulancia, que alertaba de una emergencia y, en ese momento, Malouda, del Lyon, estrellaba un balón en el poste del arco defendido por Casillas.
Al acabar el primer tiempo, el joven se paró y se fue a vender sus productos a la calle.
NO HAY ESPERANZAS
Para la segunda parte, la historia no cambió mucho, sólo los protagonistas. Llegaron dos taxistas y a ellos se les unían, en ocasiones, otros caballeros que pasaban por el lugar.
"¡Qué va! Ese equipo no es nadie sin Zidane, ese era el de la magia", dijo uno de los taxistas.
Una señora, que aparenta más de 40 años, pasaba y se detuvo por unos minutos a comentar con el taxista. "Desde que se fue Figo, ese equipo está así, si ese era el que los cargaba", se atrevió a decir la señora.
Con el paso del tiempo, el dominio del Lyon era evidente; el partido estaba resuelto y así mismo se fueron levantando los clientes de la fonda, conscientes de que ya todo estaba dicho: otra derrota del Real Madrid.
Claro está, el fanatismo por el fútbol se mantiene entre los panameños.
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