¿Por qué Panamá no tuvo presencia en el reciente campeonato mundial de baloncesto? Es la interrogante que se hacen muchos ciudadanos de nuestro país.

Mencionaré irónicamente a la selección de Turquía, que obtuvo el segundo lugar en esta competencia.

Nuestro compatriota Rolando Blackman estuvo allí, no precisamente llevando a nuestra selección, sino como asistente del técnico de Turquía.

Al parecer, La Federación Panameña de Baloncesto (FEPABA) no ha tenido interés por contratar a este veterano con el fin de que dirija a nuestros jugadores. Por lo menos, eso es lo que dan a entender cuando asignan a personalidades internacionales y se ignora el talento de panameños profesionales, que tienen el interés y el potencial de llevar nuestro baloncesto a una competencia de esta índole.

Ya es hora de dejar de pensar en sus peleas dirigenciales. Es tiempo de parar este atraso deportivo en el que estamos inmersos.

Le mando un mensaje al presidente de la FEPABA, Miguel Sanchiz: No piense más como el "clásico político" que solo piensa en sus controversias gubernamentales. Es hora de "ponerse las pilas", el deporte y nuestros atletas necesitan apoyo.

Es más, para refrescarles la memoria a los lectores, mencionaré que Blackman, de 51 años, fue uno de los primeros latinos en llegar a la NBA, es decir, que ha tenido una vida prácticamente ligada al básquetbol.

Qué lástima que los dirigentes olímpicos no respalden el deporte como debe ser.

Nuestros muchachos tienen el potencial para llegar a esta clase de certámenes, pero para alcanzar tal fin será indispensable el respaldo de buenos dirigentes olímpicos, que confíen en el talento nacional.

Hoy nos arrepentimos de no tener presencia en aquel mundial, quizás mañana celebremos victorias de nuestras selecciones nacionales a nivel internacional. Pero eso sí, con dirigentes olímpicos que hagan su trabajo por convicción y no por favores políticos o para rellenar el espacio.