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Con vocación y esmero
Maricruz Ábrego. (Foto: Omar Batista / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

Su pasión es enseñar. A sus 30 años, Maricruz Ábrego, con una licenciatura en Geografía e Historia trabaja como maestra en el Centro Educativo Ecuatoriano Panameño, ubicado en la comunidad de Villalobos.

Para esta entusiasta educadora no hay nada que la llene más que enseñarle a los niños y hacerlos unos ciudadanos de bien, aunque manifestó que a veces esta tarea no es nada fácil.

Dedicación, mucha paciencia y vocación son los secretos que utiliza para atender a los 18 niños que tiene a su cargo y a los que quiere como si fueran sus propios hijos.

Todos los días tiene que levantarse a las 5:15 a. m. para poder dejar todo listo en casa y arreglar a sus dos hijos, para posteriormente dirigirse a su trabajo.

Uno de los sueños más grande que tiene es trabajar como profesora de Educación Media. También si Dios le da la oportunidad no descartaría estudiar una maestría.

"He metido los papales en el Ministerio de Educación y hasta el momento no me ha salido mi nombramiento, pero no desmayo, porque algún día tendré mi oportunidad", dijo la maestra.

MENSAJE

Aunque no se le ha presentado la oportunidad y el trabajo que desea, ella está dispuesta a realizar cualquier trabajo, pues lo más importante es llevar el pan al hogar.

Manifestó que muchas personas se apenan del trabajo que tienen, otras se quedan esperando que les caiga del cielo y no hacen nada, por salir adelante y ser alguien en la vida.

Por eso aprovecha para decirles a todas esas personas que las oportunidades siempre las hay, y que solo hay que estar dispuestos a no dejarlas pasar y aprovecharlas al máximo. Eso de que no hay trabajo y que la situación está dura no están en su pensamiento.

JORNADA

Cuando termina de trabajar a las 12:30 p. m. se dirige a su casa a descansar y prepararse para el otro día.





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