Antes de ser estrella, cualquier actriz o actor tiene su pasado. Hace poco se descubrió el de Jackie Chan y muchos se han quedado boquiabiertos, ya que el chinito resultó ser todo un maleante, ladrón, peleón y traficante.
Fue el propio actor, quien confesó por primera vez en un programa de televisión su pasado de delincuencia y tráfico de drogas, informó el diario "China Daily" en su versión digital.
Pero tras ese pasado oscuro, hay una historia muy curiosa. Contó el actor, que pasó una época de su infancia, lejos de sus padres, contagiándose de malos hábitos, como pelearse, vender drogas y robar. ¡Oh!
"Cuando tenía 16 años, mi padre me dijo que ya no podía educarme porque yo ya había crecido, pero me hizo prometerle tres cosas: no entrar en la mafia, no tomar drogas y no apostar. Yo se lo prometí, aunque estaba haciendo esas cosas en aquella época", afirmó el actor.
Años después, Chan, que estudió en el templo budista de Shaolin, cuna de las artes marciales del "kung fu", descubrió que dos de sus antiguos compañeros en las calles habían acabado mal, uno muerto y otro condenado a cadena perpetua, y se dio cuenta de lo que su padre había hecho por él.
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