Víctor Ortiz, una película de la vida real


Elisinio González G - Enviado especial, Las Vegas, Nevada

Su madre lo abandonó a él y a su hermano cuando apenas eran unos niños. Su padre también hizo lo mismo cuando cumplió los 12 años. Fue entonces que Víctor Ortiz inició el camino contra la adversidad. Una lucha larga y angustiante, pero a la vez admirable, que hoy han rendido sus frutos, porque lo han catapultado como estelarista en el templo más importante del boxeo en la actualidad, el MGM Grand de Las Vegas, Nevada.

De padres mexicanos, Ortiz vivía en el área de Garden City, una comunidad rural del estado de Kansas, en Estados Unidos. Allí trabajó el cultivo, pero también descubrió el boxeo y pronto encontró el ensogado como una salvación para sus privaciones y un camino hacia el éxito.

Un deporte que fue lo único bueno que le dejó su padre, como aclaró el propio Ortiz el miércoles en conferencia de prensa.

Más adelante, no pudo pasar por alto recordar cuando ingresó al sistema de adopción, siendo criado por una pareja estadounidense.

Luego, su hermana, Carmen, se haría cargo de él, cuando esta cumplió los 18 años de edad.

No hay duda de que todo lo que ha rodeado la vida de Ortiz tiene todos los ingredientes para una película, en la que sobrarán el dramatismo y las grandes emociones.

Una película que podría tener uno de esos finales soñados solo si mañana llegara a derrotar al norteamericano Floyd Mayweather Jr., uno de los gladiadores que por mucho tiempo fue considerado el mejor boxeador del mundo hasta antes de que el filipino Manny Pacquiao lo dejara atrás en años recientes.

 

El ascenso a la fama.

Con récord de 24 victorias, una derrota, un empate y 19 nocauts, Ortiz recibe su primera oportunidad titular el 27 de junio de 2009 ante el argentino Marcos “El Chino” Maidana, por el título interino superligero (140 libras) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

En esa ocasión, el Staples Center de Los Ángeles, California, Estados Unidos, le abría la puerta a Ortiz.

Al final, este escenario pesó demasiado para su joven carrera y con ello su sueño de ser campeón del mundo se desvaneció, luego de que cayera por nocaut técnico en el sexto asalto.

Pero esta no fue una derrota normal. Ortiz abandonó una pelea en la que hubo dos caídas de ambas partes y en la que al final los críticos le cuestionaron su falta de corazón.

Tras este tropiezo, Ortiz volvió seis meses después al cuadrilátero para apuntarse un triunfo por decisión técnica sobre el mexicano Antonio Díaz.

Su buen momento continuó con tres triunfos consecutivos y un empate, antes de recibir otra oportunidad dorada, esta vez ante el invicto y fuerte pegador norteamericano Andre Berto (27-0-22 nocauts), quien en ese momento era el monarca wélter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Así llegaría el 16 de abril de 2011, fecha en la que el joven peleador de tan solo 24 años conquistaría una victoria por los puntos, convirtiendo en realidad el sueño aquel que tuvo de niño, en la que decidió alternar el trabajo arduo en el campo con el boxeo, con tal de esculpir con sus puños y el sudor de su frente un mejor futuro para él y sus hermanos.

 

En vivo para Panamá.

Combate Space, en la celebración de sus 20 años, transmitirá en vivo para Panamá toda la acción de esta velada desde el lugar de los hechos, a partir de las 7:00 p.m., en la voz del periodista argentino Juan Larena.

 

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