Familiares de Justavino piden justicia. Sus restos fueron llevados al cementerio Praderas de La Paz en Pacora. Él deseaba celebrar el quinceaño de su hija. (Foto: Hermes Gonzalez / EPASA)
Didier Hernán Gil
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Ante la inseguridad a la que están expuestos los transportistas, surgió la iniciativa de recurrir a las armas para su protección.
Ayer se realizaron las honras fúnebres del transportista Julio César Justavino, de 46 años, quien falleció la semana pasada mientras conducía un bus de la ruta 24 de Diciembre-Tumba Muerto. Este transportista recibió un disparo en el tórax cuando lo asaltaban dos sujetos de Viejo Veranillo, cerca del Colegio Artes y Oficios.
A las honras fúnebres de Justavino, que se efectuaron en la parroquia Santa María de Belén, en Tocumen, asistieron delegaciones de transportistas de la capital, entre ellas, el Movimiento de Bases Transportistas y Usuarios. Sergio Molina, quien preside este colectivo, manifestó que "hay transportistas que están pidiendo usar armas, pero lo que hace falta es que se autorice su uso para que se termine esta lucha de burro con tigre amarrado. Tenemos que armarnos todos para pelear nuestras cosas".
Por su parte, el ministro de Gobierno y Justicia, Daniel Delgado Diamante, dijo no estar de acuerdo con esta medida, pues solo generará más conflictos, ya que les van a querer robar por la cuenta del día y por el arma, y lo único que se garantiza es la muerte de más transportistas.