"Todos pueden ser su propio jefe". Corría el año de 1994, y una mala situación económica hizo que Simeón Lebrón buscara como opción de trabajo ser guardia de seguridad, pero llegado el día en que entró a laborar le dieron un maltrato emocional tan grande, que decidió no ir más. Se sintió denigrado, aunque no profundizó en qué consistió esa mala experiencia.
Viendo su situación, su mejor amigo le propuso ayudarlo en un negocio de carretillas de raspado, al principio fue difícil para Simeón, pero viendo las buenas ganancias ahorró unos B/60.00. Ese dinero, en aquel entonces, le sirvió para comprar una carretilla propia y comenzar su negocio.
YA NO ES IGUAL QUE ANTES
Antes Simeón se hacía unos B/200.00, por día. Su puesto estaba frente a la Policlínica Manuel Ferrer Valdés de El Maranón. Allí los pavos y buseros eran clientes frecuentes. Pero, posteriormente, debido a que las chichas tenían un mayor consumo, entonces se decidió por vender las gustadas chichas de naranja.
Gracias a este nuevo negocio, crió a su única hija y ayudó a sus padres, pero la situación se ha apretado tanto que incorporó la venta de frutas, entre otras cosas, a su puesto de venta, según nos comentó Simeón, quien se hace diariamente entre B/40.00. y B/60.00.
SE MANTENDRA HASTA SU ULTIMO DIA
Simeón es tan fiel a su negocio que a pesar de que lo han desalojado varias veces de su puesto, ubicado frente del Club de Leones de El Marañón, afirmó que nunca lo dejará, pues ese es su sustento, y la única razón para seguir en el mundo, porque su esposa y padres ya fallecieron.
SU LEMA
"No hay gusto más grande que ser tu propio jefe", dijo Simeón.