
Georgina en su graduación de la escuela.
Georgina en su graduación de la escuela.
Georgina en su graduación de la escuela.
Judith, madre de Georgina, estaba desconsolada.Fotos: QUINTÍN MORENO
Algunos asiáticos fueron sometidos a pruebas de ADN.
Las familias piden justicia.
Georgina en su graduación de la escuela.
Judith, madre de Georgina, estaba desconsolada.Fotos: QUINTÍN MORENO
Algunos asiáticos fueron sometidos a pruebas de ADN.
Las familias piden justicia.
Georgina en su graduación de la escuela.
Judith, madre de Georgina, estaba desconsolada.Fotos: QUINTÍN MORENO
Algunos asiáticos fueron sometidos a pruebas de ADN.
Las familias piden justicia.
Georgina en su graduación de la escuela.
Judith, madre de Georgina, estaba desconsolada.Fotos: QUINTÍN MORENO
Algunos asiáticos fueron sometidos a pruebas de ADN.
Las familias piden justicia.
Georgina en su graduación de la escuela.
Judith, madre de Georgina, estaba desconsolada.Fotos: QUINTÍN MORENO
Algunos asiáticos fueron sometidos a pruebas de ADN.
Las familias piden justicia.
Había nacido en Colón, pero como se lee en su anuario, “era una china colonense, que no tiene cara de china y menos de colonense”. Le encantaba dormir en clases y hablar con sus amigos, pero eso no fue impedimento para que fuera una de las mejores estudiantes del XII L. “Te deseamos muchos éxitos en tu carrera de ingeniería civil”, dice la memoria escolar. Ella pertenecía a la banda de música del colegio, donde tocaba el clarinete.
En ese entonces, lejos estaba de saber que a escasos nueve meses de su graduación, su vida acabaría de una manera horrenda; bajo el piso de cemento de una vivienda extraña, junto a su novio Sammy. Todo por la avaricia de su asesino.
Reconocen los cuerpos
Desde tempranas horas de ayer, familiares de los cinco jóvenes encontrados en El Trapichito # 1 de La Chorrera, acudieron a la Morgue Judicial a reconocer los cuerpos de los jóvenes desaparecidos.
La presencia de personas asiáticas era notoria en el lugar, pues subían y bajaban escaleras para realizar los trámites debidos para darles cristiana sepultura; los gastos serán pagados por la sociedad china.
Judith Chen, madre de Georgina Lee, expresó visiblemente afectada y molesta que “no se puede salir en este país”. Entre llantos no podía creer cómo cinco jóvenes estaban muertos y no se hacía nada, ya que tuvo que pasar mucho tiempo para dar con dos seres humanos desaparecidos.
“La malicia y por las ganas de tener dinero traen gente extranjera aquí; somos de la misma sangre, ¿por qué hacen esto? Queremos que se haga justicia, mi hija le tenía mucho apego a Dios y le cantaba a la Virgen”, dijo desconsolada la Judith.
Todos los días Georgina acudía a la universidad y su novio Sammy la pasaba a recoger en su carro 15 minutos antes de las 6:00 a.m. Al parecer, el asesino los siguió en toda la ruta, para matarlos, por lo que se encontró su auto abandonado. Sus familiares alegan que no conocían al sujeto que los mató.
Por los últimos tres desaparecidos, los familiares admitieron que pagaron 160 mil dólares, pero la policía al momento de la detención del sospechoso “José “Celular”, le incautó $113 mil que tenía en su poder.
Algunos asiáticos fueron sometidos a pruebas de ADN, para saber si los cadáveres que se hallaron, pertenecían a sus familiares.