
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Una de sus pasiones es la cata de vinos.
Caricatura que adorna las paredes de su bar.
Homenaje por parte de la OMB, cinturón de campeón mundial.
Las artes plásticas también son parte de sus gustos, y la mayoría de los cuadros son de pintores panameños.
En su programa comenta sobre boxeo y política.
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Una de sus pasiones es la cata de vinos.
Caricatura que adorna las paredes de su bar.
Homenaje por parte de la OMB, cinturón de campeón mundial.
Las artes plásticas también son parte de sus gustos, y la mayoría de los cuadros son de pintores panameños.
En su programa comenta sobre boxeo y política.
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Una de sus pasiones es la cata de vinos.
Caricatura que adorna las paredes de su bar.
Homenaje por parte de la OMB, cinturón de campeón mundial.
Las artes plásticas también son parte de sus gustos, y la mayoría de los cuadros son de pintores panameños.
En su programa comenta sobre boxeo y política.
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Una de sus pasiones es la cata de vinos.
Caricatura que adorna las paredes de su bar.
Homenaje por parte de la OMB, cinturón de campeón mundial.
Las artes plásticas también son parte de sus gustos, y la mayoría de los cuadros son de pintores panameños.
En su programa comenta sobre boxeo y política.
Juan Carlos Tapia es una persona muy amena.
Fotos: Omar Morales
Una de sus pasiones es la cata de vinos.
Caricatura que adorna las paredes de su bar.
Homenaje por parte de la OMB, cinturón de campeón mundial.
Las artes plásticas también son parte de sus gustos, y la mayoría de los cuadros son de pintores panameños.
En su programa comenta sobre boxeo y política.
Es considerado uno de los hombres más influyentes de Panamá, pero él se sigue sintiendo como Juan Carlos Tapia, el que habla de “piernas de trapo” y de política en Lo Mejor del Boxeo.
Un tanto aprehensivos por eso de la fama de “ogro” que lleva a cuestas, llegamos hasta el hogar de Tapia y para nuestra sorpresa, amablemente nos abrió no solo las puertas de su casa, sino de su corazón.
¿En cuna de oro?
Como punto importante, el también periodista reconoció que su familia no era de un estrato social de extrema pobreza, su padre era el notario de Herrera, mientras que su madre era maestra, pero desde muy niño le enseñaron que el trabajo dignifica.
Un cajón de limpiar zapatos resultó ser su primera fuente de ingresos: “Le limpiaba los zapatos a mis primos que eran mayores, al magistrado Collado Tapia, quien ya murió, y a sus hermanos Ramón y Nelson... ganaba hasta 25 centavos”.
El ingenio era su mejor arma cuando se trataba de trabajo: desde lavar carros hasta vender periódicos. Una de las experiencias más pícaras que recuerda fue cuando salió una promoción de un café de su época, en la que por cada cinco sobrecitos se entraba gratis al teatro, entonces les pedía a sus tías los sobres y se los vendía a sus amigos: “los vendía para que los otros chicos fueran al teatro por menos de lo que costaba la entrada”, recuerda entre risas.
Sus ansias de superación crecían como él. A los 16 años obtiene su primer empleo formal como mensajero de su padre: ”salía a las 4:30 p.m. de la escuela (había doble turno) para ir al correo a llevar los pedidos”. Por este trabajo le pagaban $5.00 semanales.
En ese entonces, que un chico de esa edad manejara tal cantidad de dinero, era algo no visto, y más porque le pedía a su padre que se los diera en un solo billete, para cuando llevara a sus noviecitas al cine pagara con él, lo que le daba la fama de espléndido, hasta decían “Juan Carlos maneja mucho dinero, pagó con cinco la taquilla”.
Camino a la cima
Al llegar a los 19 años empieza a vender enciclopedias de puerta en puerta, oficio que realizaba al mismo tiempo que ejercía como “crupier” de casino, es decir, quien controla las apuestas del juego. Para ese entonces aún era menor de edad, ya que la mayoría se obtenía al cumplir los 21, por lo que su padre lo tuvo que emancipar (liberar) para poder trabajar, ganando a sus veintitantos años la suma de tres a cuatro mil dólares, lo que era un fortuna.
Al llegar a los 23 es nombrado gerente general en Panamá de la Enciclopedia Británica y deja el trabajo del casino.
Con las ganancias, en el año 61 logra comprarse su primer auto, un Ford del año 1951 que le costó 100 dólares, lo más cómico de esto es que el auto fue un dolor de cabeza: “era de ocho cilindros, gastaba demasiada gasolina y para salir de él, no lo pude vender, le regalé 100 dólares a un amigo para que se lo llevara. Era un desastre”.
En el año 1975 encuentra lo que denomina la veta para su programa Lo Mejor del Boxeo, con el que logra alcanzar las altas esferas en el ámbito internacional. El programa se transmitió en 22 países, lo que le dio una especie de fama boxística que logró abrirle las puertas en los canales ESPN y Hallmark.