
Le compró toda una serie de cuadros pintados por su esposa, a quien considera una de las mejores en su rama.
Le compró toda una serie de cuadros pintados por su esposa, a quien considera una de las mejores en su rama.
Le compró toda una serie de cuadros pintados por su esposa, a quien considera una de las mejores en su rama.
Cuadro inspirado en la pareja Tapia Rosas.
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Cuadro inspirado en la pareja Tapia Rosas.
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Cuadro inspirado en la pareja Tapia Rosas.
Le compró toda una serie de cuadros pintados por su esposa, a quien considera una de las mejores en su rama.
Cuadro inspirado en la pareja Tapia Rosas.
Le compró toda una serie de cuadros pintados por su esposa, a quien considera una de las mejores en su rama.
Cuadro inspirado en la pareja Tapia Rosas.
Al hablar de su esposa, la señora Carmen Rosas, lo hace con tanta ternura, con una mirada coqueta... se le iluminan los ojos.
Desde pequeño fue muy enamorador, nos revela el comentarista, quien no teme revelar que tuvo su buen par de novias, eso sí, deja claro que él no era guapo, pero dominaba el secreto que los guapos no conocían: la caballerosidad.
A los 21 años, un tanto inexperto en el amor, decidió casarse, pero la relación no resultó como esperaba y tras diez años, la separación fue inminente.
Un par de años soltero fue suficiente para esta alma enamorada. Así pues, el amor toca a su puerta en la imagen de Carmen y ese afecto se mantiene intacto, a pesar de los años.
Como toda pareja han tenido malos entendidos, pero su esposa tiene la técnica especial para solucionarlos: mucha paciencia. “Me deja solo cuando estoy insoportable, porque para pelear se necesitan dos”, confiesa.
Es tan buena su comunicación que de la nada se inventan un plan y salen a pasarla bien.