La palabra contención mantiene tensos a miles de funcionarios, ya que muchas cosas ya no se pueden hacer. Pidiendo mucha reserva, Mitzi es una de esas mujeres que trabaja en un ministerio donde la austeridad llegó.
Mitzi reconoce que el reciclaje del papel no los ha perjudicado; no obstante, lo que sí la tiene preocupada es el teléfono, porque sólo se puede usar para llamadas oficiales y ella lo utilizaba para saber de su bebé. Sobre los aires acondicionados, dijo que se apagan una hora antes de la salida y lo malo es que, en los ventanales, muere el sol. A pesar de todas estas calamidades, admitió que el peor susto es a la hora de buscar los cheques, ya que temen que vengan los despidos, así que "tragan callados", esperando la teja".
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