Barriga llena, corazón contento. Eran las 12:00 p.m. cuando, fuera de la parroquia San José, en San Miguelito, decenas de niños y niñas con 10 centavos en mano iban ingresando al comedor.

All·á adentro, un grupo de mujeres se esmeraba para terminar de preparar y servir los alimentos que desde hace más de diez años ofrecen a los pequeñines de la comunidad.

En la entrada del comedor estaba la hermana Marlen, quien explicó ·que el comedor surgi·ó al ver la necesidad que había en el sector, producto del flagelo de violencia que los golpea.

El aporte de los 10 centavos es para que los niños y adolescentes que all·í asisten vean que todo no puede ser gratis. "Las cosas no nos las dan porque nosotros nos las merecemos; tenemos que conseguirlas", dijo la hermana, quien entre sonrisas agreg·ó que el que no tiene los diez centavos después paga, pero ese "después" a veces no llega.

Pero "a nosotros no nos interesa el dinero, nos interesa que ellos puedan recibir un buen aprendizaje". Y es que, otro de los servicios que ofrece la parroquia es el de Infoplaza, donde los estudiantes pueden ir a reforzar sus tareas.

DIAaDIA conoció que además a estos niños se les brinda una formación humana mediante catequesis, para reafirmar su fe y sin olvidar fechas importantes como los cumpleaños.

"La idea es reforzar la parte cristiana, no nos importa la religión que sea, porque nos gusta que los niños vengan. Nuestra preocupación es el bienestar de los niños", enfatizó.

BENEFICIADOS

Unos 300 menores de edad se benefician del comedor de la parroquia San José. Ellos pueden estar hasta los 17 años estudiando.

La atención es de lunes a viernes y se ofrece desayuno y almuerzo.