
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
Elisandro tiene poco tiempo allí, pero le va bien.
La señora Yanis está orgullosa de lo que ha logrado gracias a su trabajo. (Fotos: JORGE QUIRÓS)
Aún es muy visitado.
La señora Norma tiene 43 años de estar en “El Mercadito”.
“He sido cliente de El Mercadito por muchos años y puedo decir que los productos son buenos. Lo que hace falta es más seguridad”.
Víctor Méndez
“Se encuentran buenos precios, pero es necesario que el Estado ayude a mejorar la infraestrucura de este mercado.”
Daniel Urriola
“El mercado siempre tiene productos frescos y a buenos precios, pero hace falta más seguridad”.
Blas Palomino
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
Elisandro tiene poco tiempo allí, pero le va bien.
La señora Yanis está orgullosa de lo que ha logrado gracias a su trabajo. (Fotos: JORGE QUIRÓS)
Aún es muy visitado.
La señora Norma tiene 43 años de estar en “El Mercadito”.
“He sido cliente de El Mercadito por muchos años y puedo decir que los productos son buenos. Lo que hace falta es más seguridad”.
Víctor Méndez
“Se encuentran buenos precios, pero es necesario que el Estado ayude a mejorar la infraestrucura de este mercado.”
Daniel Urriola
“El mercado siempre tiene productos frescos y a buenos precios, pero hace falta más seguridad”.
Blas Palomino
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
Elisandro tiene poco tiempo allí, pero le va bien.
La señora Yanis está orgullosa de lo que ha logrado gracias a su trabajo. (Fotos: JORGE QUIRÓS)
Aún es muy visitado.
La señora Norma tiene 43 años de estar en “El Mercadito”.
“He sido cliente de El Mercadito por muchos años y puedo decir que los productos son buenos. Lo que hace falta es más seguridad”.
Víctor Méndez
“Se encuentran buenos precios, pero es necesario que el Estado ayude a mejorar la infraestrucura de este mercado.”
Daniel Urriola
“El mercado siempre tiene productos frescos y a buenos precios, pero hace falta más seguridad”.
Blas Palomino
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
Elisandro tiene poco tiempo allí, pero le va bien.
La señora Yanis está orgullosa de lo que ha logrado gracias a su trabajo. (Fotos: JORGE QUIRÓS)
Aún es muy visitado.
La señora Norma tiene 43 años de estar en “El Mercadito”.
“He sido cliente de El Mercadito por muchos años y puedo decir que los productos son buenos. Lo que hace falta es más seguridad”.
Víctor Méndez
“Se encuentran buenos precios, pero es necesario que el Estado ayude a mejorar la infraestrucura de este mercado.”
Daniel Urriola
“El mercado siempre tiene productos frescos y a buenos precios, pero hace falta más seguridad”.
Blas Palomino
El señor Martínez es muy amable con sus clientes.
Elisandro tiene poco tiempo allí, pero le va bien.
La señora Yanis está orgullosa de lo que ha logrado gracias a su trabajo. (Fotos: JORGE QUIRÓS)
Aún es muy visitado.
La señora Norma tiene 43 años de estar en “El Mercadito”.
“He sido cliente de El Mercadito por muchos años y puedo decir que los productos son buenos. Lo que hace falta es más seguridad”.
Víctor Méndez
“Se encuentran buenos precios, pero es necesario que el Estado ayude a mejorar la infraestrucura de este mercado.”
Daniel Urriola
“El mercado siempre tiene productos frescos y a buenos precios, pero hace falta más seguridad”.
Blas Palomino
DÍAaDÍA realizó una visita a este mercado donde se puede encontrar desde plantas medicinales, legumbres, frutas, hasta carnes. Hoy, les contamos algunas historias de las personas que se ganan la vida ofreciendo algún producto o servicio a los clientes que los visitan.
Trabaja por sus hijos
La señora Yanis de Quintana tiene tres años de trabajar en el mercado como vendedora de plantas medicinales. Según ella, al igual que en todos los trabajos, hay días buenos y días malos en los que las ventas aumentan o disminuyen, pero el compromiso que tiene de llevar el sustento a su casa y poder ofrecerles algo de comer a sus hijos, es la motivación necesaria para no dejar el negocio.
Ella comparte su tiempo entre el trabajo y su familia, razón por la cual, asiste a su puesto dos días a la semana. De esta manera ayuda a sus hijos con las tareas de la escuela y puede estar pendiente de lo que hacen.
Su puesto es muy visitado por personas que están padeciendo algún mal y que buscan en sus productos un remedio. La señora Yanis ofrece plantas medicinales que sirven para aliviar problemas de presión, azúcar alta, reumatismo, piedra en los riñones, entre otros. Con los ingresos que obtiene de estas ventas, esta señora educa a sus hijos.
Busca su bienestar
Siguiendo el recorrido por “El Mercadito”, muy ocupado, pero feliz, estaba el señor Elisandro Olmedo atendiendo a sus clientes, que van a su puesto en busca de productos como menestras, miel y aceites medicinales. El señor Olmedo comentó a este medio, que tan solo tiene un mes y días de estar trabajando en el lugar y las ventas que han sido “demasiado buenas”, solo pide a las autoridades que les ofrezcan mayor vigilancia, para evitar que se den robos, y les hace un llamado para que mejoren el lugar.
Los tiempos son diferentes
“Tengo una vida de estar aquí”, fue la primera expresión del señor Andrés Martínez, quien dijo tener más de treinta años de vender carnes en Calidonia y gracias a este trabajo nunca le ha hecho falta la comida.
El señor Martínez recordó que cuando llegó a “El Mercadito” obtenía mejores ganancias que en la actualidad. Con mucho esfuerzo construyó una casa donde vive junto a su familia.
Él se permitió enviar un consejo a todos sus colegas comerciantes: “Traten a sus clientes con amabilidad, ya que ellos son quienes les dan de comer”. Una actitud positiva es la clave del éxito, dijo.
Veterana en el negocio
Siguiendo el recorrido, DIAaDIA se encontró con una de las personas con mayor tiempo de estar trabajando en el sitio, se trata de la señora Norma Núñez, quien abrió su puesto de ventas desde el año 1968. Ella ofrece a sus clientes plantas medicinales y legumbres de todo tipo, a precios muy económicos.
Una de las mayores satisfacciones que se ha llevado, después de tantos años de trabajo, ha sido la educación integral que pudo pagar a sus hijos, para que fueran personas de bien.
Manifestó que en la actualidad las autoridades no los están apoyando como antes, por lo que hace un llamado para que les hagan una visita y así poder plantearle sus necesidades.
DIAaDIA pudo comprobar que a pesar de la gran cantidad de establecimientos comerciales que hay en la capital, los panameños aún visitan el popular “Mercadito de Calidonia”, que sigue siendo un sitio en plena ebullición que da vida a la ciudad.