Aunque está junto a sus cinco hijos, su vida es un verdadero calvario, pues la pobreza y la imposibilidad de trabajar, le impiden alimentar bien a sus vástagos.

Hace sólo dos semanas, "Aurora", nombre ficticio, jamás pensó que estaría en casa, porque su condición de interna en el Centro Femenino de Rehabilitación se lo impedía; pero, afortunadamente, tuvo la suerte ser la única mujer entre los siete privados de libertad que desde hace poco gozan del "privilegio" del brazalete electrónico, que "pita" si se aleja más de lo convenido de su casa.

Este innovador sistema es muy popular en Europa y parte de Estados Unidos, pero en Panamá, debido a la excesiva demanda de internos en las cárceles, se está poniendo en práctica, y bajo severas medidas de precaución, está "viento en popa".

Luego de una exhaustiva investigación, el equipo de DIAaDIA pudo visitar en su humilde casa a "Aurora", quien en medio de tantas privaciones confesó que vive bien, pues al menos está con su familia y ayudando aunque sea en los oficios cotidianos.

Fácilmente, este brazalete puede pasar inadvertido, pues su forma semeja un reloj de pulso, que en vez de dar la hora, es la única opción de estas personas para estar en sus hogares y no regresar al que consideran "un infierno".

Sin alejarse a más de 80 mts. de su casa, "Aurora" puede desarrollar las mismas labores que cualquiera; ya que, además de mojar el brazalete al bañarse, también puede lavar, barrer, planchar, cocinar y, lo más importante, abrazar a su familia que tanto le hacía falta.

En su casita se ve la antena y la cajilla con las que funciona el brazalete, que la tiene atada a su hogar luego de que se viera supuestamente involucrada en un delito relacionado con clonación de tarjetas.

TRISTE...

Hace más de un año, asesinaron a su esposo en un asalto. Para "Aurora", es imposible trabajar y ayudar a su familia.