"Te me fuiste", decía entre llantos y gritos desgarradores Otilia Ojo, madre de Gabriel, quien murió electrocutado el viernes 14 de septiembre, en Brisas del Naranjal de Chepo.
Un corazón de flores blancas y celestes era la decoración del pequeño y blanco ataúd donde yacía Gabrielito de nueve años.
Él fue despedido en el Cementerio Municipal de Chepo, luego de una misa presidida por el pastor Roberto Modelo, en el templo Eben-Ezer.
La tristeza era evidente, niños y adultos no podían ocultar el dolor que sentían, por lo que las lágrimas hicieron su aparición al instante. Ellos se resistían a creer que Colachito, como le decían cariñosamente, estaba muerto.
"La vida aparece y no se sabe cuando desaparece y no nos damos cuenta de que nuestras acciones pueden afectarnos a nosotros mismos y a otras personas", dijo el pastor en su sermón.
RESPONSABLE
Por su parte, Arselio Pérez Martínez, dueño de la tienda donde estaba la electricidad que fulminó a Gabriel, está libre. Aunque fue detenido por 24 horas, tuvo que ser liberado, ya que todavía no han culminado las investigaciones del caso.
"La muerte de Gabriel es un tema muy delicado, porque nadie se quiere hacer responsable", destacó Raúl Acevedo, alcalde de Chepo, quien aseguró que Martínez tuvo que irse del lugar por su seguridad.
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