
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Muchos trabajan en sembradíos.
Esperan afuera de los supermercados para cargar bolsas.
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Muchos trabajan en sembradíos.
Esperan afuera de los supermercados para cargar bolsas.
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Muchos trabajan en sembradíos.
Esperan afuera de los supermercados para cargar bolsas.
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Muchos trabajan en sembradíos.
Esperan afuera de los supermercados para cargar bolsas.
Ellos, en vez de estar en la escuela, venden billetes de lotería.
Muchos trabajan en sembradíos.
Esperan afuera de los supermercados para cargar bolsas.
Su tarea es aprender, no trabajar. Eran las 8:00 a.m. en un restaurante de Changuinola, provincia de Bocas del Toro, y en lugar de estar recibiendo clases, tres niños vendían billetes de lotería. Tenían entre nueve y once años, e iban de puesto en puesto buscando clientes.
Frente al restaurante, fuera del supermercado había dos más, cargando cartuchos para obtener un par de reales.
DIAaDIA conversó con ellos, y Ricardito (nombre ficticio para proteger su identidad), de diez años, con voz inocente dijo: “No puedo ir a la escuela, debo trabajar para asegurar el almuerzo de hoy”. Esta es la realidad de muchos niños, generalmente indígenas.
Muchos trabajan en los sembradíos, sin zapatos y sin gorras para protegerse del sol candente que azotaba Changuinola. Algunos, cuando vieron la presencia de la Defensoría del Pueblo, se escaparon entre los matorrales.
De hecho, en esa comunidad, un total de 125 niños realizan trabajos de todo tipo, como si fueran adultos cumpliendo con su responsabilidad.
La entidad está trabajando con el Ministerio de Desarrollo Laboral para sacar a los niños de la calle y meterlos a estudiar. Rosa Carrasco, directora del Departamento de Trabajo Infantil del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel), dijo que están trabajando fuertemente para erradicar el trabajo infantil en su totalidad para el 2015, y están prestándole mayor atención a las áreas indígenas.
Hace poco se capacitaron funcionarios del Mitradel, para que en el 2020 no exista el trabajo infantil en la República de Panamá, sostuvo Carrasco.