Los talentos y las virtudes son dones innatos con que nace toda persona, pero está en ella la capacidad de descubrirlos y saberlos explotar de una manera adecuada. Carlos Wynter Melo es una viva realidad de esta lección de vida, quien en pocas palabras confesó que nació con el don de escribir.

COMO POR ARTE DE MAGIA

Todo escritor tiene formas distintas de descubrir su talento, para Carlos todo surgió sin darse cuenta, algo así como un acto de magia. Mientras creció, recibió muchos regaños por los escritos que tenía en sus cuadernos, pues a simple vista parecían simples rayones; pero después de un tiempo, se tropezó con un taller en el que se percató de que sus desordenados escritos podían ser literatura y que no era sólo una necesidad de expresarse a través de las palabras.

HERENCIA COMPARTIDA

En Panamá, son pocos los escritores que se dedican a cosechar esa faceta en otras personas, principalmente en los jóvenes. Wynter Melo encontró su base en un taller y, de igual forma, espera que otros lo hagan; por eso él mismo es el encargado de dictar un taller.

"Cuando uno no comparte lo que tiene, se queda sin eso", recalcó este escritor de obras como "El escapista" e "Invisible". Para Carlos, ésta no es sólo una forma de dar un poco de sus conocimientos, sino también una manera de continuar aprendiendo literatura.

NO HAY CUSPIDE

En alguna ocasión, le preguntaron a Gabriel García Márquez si sentía que estaba en la cúspide de su carrera. A lo que el Nobel contestó: "Qué cúspide, si la literatura es una carrera totalmente horizontal".

Esa fue la remembranza que hizo Wynter Melo para definir su literatura, la cual considera de carácter ambicioso. Es así, porque Carlos dice que él siempre trata de exigirse y buscar cosas nuevas; de esa forma, reta al lector y a sí mismo. Además, el arte es un compromiso y merecer ser mejorado cada día.