Para conservar por mucho más tiempo las proteínas de las carnes y pescados crudos, lo mejor que puede hacer es no congelarlos. A la hora de comprar estos alimentos, procure que sean frescos, y si los va a conservar al frío, que sea sólo durante menos de tres horas, o sea que debe consumirlos cuanto antes. Pasadas estas tres horas, aparecen sustancias nocivas que pueden provocar reacciones alérgicas e intoxicaciones.
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