Caritas de felicidad. Cuando los niños de las escuelas Alto Ciénaga, Cerro Venado, Guayabal de Peña Blanca, Cerro Miel de Muna, Buenos Aires y Buenos Aires Anexo, ubicadas en la comarca Ngöbe Buglé, recibieron las mochilas que DIAaDIA les regaló, se les dibujó una gran sonrisa en sus rostros.

Ésta aventura empezó con el primer viaje que DIAaDIA realizó a la comarca, en el mes de junio, para conocer las dificultades que enfrentaban los maestros que trabajan en las escuelas de áreas de difícil acceso. Después de ver lo duro que la pasaban los niños, teníamos que volver, pero esta vez para entregar mochilas.

Al principio vacilé, porque en la primera gira caminé más de 20 horas para llegar y salir de la Escuela Alto Loro, pero la satisfacción fue gratificante.

Fue así como llegó el día de subir nuevamente a las montañas. Ahora iba acompañado del fotógrafo Hermes González y de la maestra Liliana Ortiz.

A nuestra llegada a la entrada de Viguí, en la provincia de Chiriquí, alquilamos un pick up para transportar las más de 600 mochilas a la comunidad de Llano Ñopo donde, supuestamente, nos estaban esperando con unos caballos que llevarían la carga hasta las escuelas.

Luego de viajar más de una hora por la carretera en pésimo estado, llegamos a Llano Ñopo, donde nos enteramos de la fatal noticia de que los animales no estaban.

Este inconveniente en nada alteró la misión, porque nos encontramos, como caídos del cielo, a unos amigos del fotógrafo que, sin vacilar, se ofrecieron a conseguirnos otros equinos.

El destino parecía ponerse en nuestra contra, porque el dueño de los caballos no se encontraba y la esposa no se atrevía a prestarlos, así que otra vez planeàbamos cómo trasladaríamos todos los sacos.

Todo se resolvió cuando los hermanos Rolando Eliodoro, Aniceto y Jaime Jiménez dispusieron llevar las mochilas en hombros hasta la Escuela Alto Ciénaga, adonde para llegar, había que caminar tres horas.

Al final hubo que trasladarse a los distintos planteles para llevar las mochilas, con la ayuda de los padres y estudiantes de la Escuela de Guayabal de Peña Blanca.

Esto no fue fácil, pues se tuvo que caminar por varios días subiendo y bajando cerros, dormir en el piso, bañarse en ríos o baños hechos con lonas, sin techo.

A pesar de todos los inconvenientes, lo más impresionante fue observar con qué alegría los niños abrían sus mochilas y veían con asombro los borradores y los sacapuntas.

Al final, esas sonrisas y las gracias fue el mejor regalo que DIAaDIA pudo recibir de los pequeños de la comarca, ya que padres de familia y docentes manifestaron que era la primera vez que un medio de comunicación llegaba a ese lugar.

ESPECTACULAR

A pesar de los páramos que el personal de DIAaDIA pasó en la gira, el esfuerzo valió la pena porque se dio felicidad a muchos niños. Otro detalle a destacar es el mal estado en que están algunas de las escuelas, pues les hacen falta sillas, material didáctico, y otras se están cayendo.