[
Imprimir]


ENTRE NOS
Tú eres único

Elizabeth Muñoz de Lao | DIAaDIA

Una lectora me solicitó una tarea muy difícil para mí, me pidió que escribiera sobre el suicidio. Trataré, aunque advierto que lo hago por instinto.

Lo primero que puedo decir es que el suicidio no es una opción, tampoco una decisión. En muchos casos es un acto desesperado de quien cree que el mundo se le viene encima y es muy pesado para cargarlo. Otras veces tiene que ver con problemas psicológicos y emocionales de arrastre, a juzgar por los casos que conozco y lo que he leído.

Sin embargo, todos, en algún momento, nos hemos sentido deprimidos, solos, agobiados, terriblemente dolidos, y hemos pensado en qué pasaría si muriéramos para acabar con ese sufrimiento.

Incluso, cuando se es adolescente, y creemos que nadie nos quiere y todos nos odian, nos preguntamos qué pasaría si ya no viviéramos.

Por supuesto, nuestra vida continuó. ¿Por qué? Estoy convencida de que seguimos adelante porque de manera consciente o inconsciente, aunque creamos que no tenemos metas, todos queremos alcanzar algo, todos queremos vernos en el futuro, aunque sólo sea mañana; todos tenemos un porqué o por quién vivir. Pero, sobre todo, porque nacimos para existir, para saborear las mieles y las hieles del crecer, amar, reproducirnos y al final decir adiós; no al comienzo ni a la mitad, aunque eso sólo lo decide Dios, que nos regaló la vida.

Y aquí está el quid del asunto: nos han dado el regalo más valioso que se puede recibir. Hemos sido elegidos para disfrutarlo, y esa elección se basó en el amor a un ser único, irrepetible: tú o yo. Si somos irrepetibles, ¿por qué no disfrutar esa condición?

Cuando creamos que el dolor es más grande que ese regalo de amor, miremos nuestras manos, unámoslas y demos gracias por la vida. Si eso no es suficiente, hablemos con alguien, no temamos pedir ayuda. Nos sorprenderá saber que no estamos solos y que la persona menos pensada nos dará un motivo más para vivir.





Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2010 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados