El derrame constante de aguas con excremento humano y otros desechos descompuestos en las calles de Santiago, "es lo que pone en riesgo la salud de muchas personas", así lo aseguró Yolanda de Moutrhan, una comerciante molesta por la pestilencia que emana de una tubería cerca de su negocio.
Dijo que los que venden productos alimenticios cerca al Mercado Público, al igual que los almacenes, son los más perjudicados.