
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
De usted depende que el niño vaya desarrollando hábtios adecuados en todas las áreas de su vida, incluyendo el sueño. Tanto las malas costumbres como las buenas son transmitidas por sus padres o quienes los cuidan.
Al principio, el pequeño no reconoce la diferencia entre el día y la noche y hay que ayudarlo a formar un hábito adecuado.
Las rutinas que el bebé desarrollará en su vida dependerán de las adecuaciones o repeticiones que reciba de su cuidadores, explica la Lic. Gilma González, Terapeuta Ocupacional del Centro de Desarrollo Infantil "Personitas del Mañana".
Una de estas adecuaciones tiene que ver con el horario para dormir. Al inicio hay que ser más flexibles, sobre todo si se alimenta exclusivamente con leche materna, pues por lo general piden comer cada 3 ó 4 horas, pero entre más temprano empiecen con las rutinas, mucho mejor.
Se le puede ir acostumbrando a una hora específica de baño antes del sueño de la noche, a ponerle su pijama, a llevarlo a su cuna entre otros aspectos.
Por lo general, a los cuatro meses el niño empieza a pasar mucho más tiempo despierto de día. Bríndele mayor apoyo en estas rutinas para lograr aumentar sus lapsos de tiempo dormido en la noche.
Por seguridad el niño debe dormir en una cuna bien adaptada. Más o menos al año y medio, se le debe cambiar a una cama, lo que dependerá de si es tranquilo en su dormir o si el espacio de la cuna todavía es suficiente para él.
No es aconsejable que un bebé duerma con sus padres, ya que esto puede crear una dependencia poco sana para su desarrollo emocional e influir en el desarrollo normal de la vida matrimonial.