La calle extensa que conduce de La Chorrera a Puerto Caimito no debió ser fácil para un joven que se inició en el béisbol con manillas de cartón y quien jugó en la pelota juvenil panameña.
Firmó con los Yanquis y subió a las Mayores en 1995, dos años más tarde era el cerrador estelar de los Yanquis de Nueva York.
Ayer se consagró el cerrador mejor en la historia de las Grandes Ligas con 602 rescates.