Están compuestas de agua y son buenas para la salud.
Sandra Marín
| Nutricionista
La fruta debe estar madura, se debe conservar en el refrigerador y sacarla una hora antes de consumirla.
Proporciona muchos argumentos a su favor, pues además de su sabor atrayente, forma, agradable sensación al tacto y frescura siempre seductora, cumple con creces la máxima que enuncia: "Que tu medicina sea lo que comes".
La uva contiene fundamentalmente agua (80%), y aunque su composición nutricional varía según se trate de frutos claros u oscuros, en general es rica en hidratos de carbono como glucosa o fructosa (17%); también contiene fibra, de modo que posee propiedades laxantes. En cuanto a los minerales, el potasio es más abundante, sobre todo en las variedades negra y roja, e indistintamente encontramos fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, cobre y boro.
No obstante, los máximos beneficios de esta fruta, sobre todo las de color oscuro, provienen de otra serie de elementos cuyas propiedades para el organismo son objeto de estudio en investigaciones recientes: flavonoides, antocianos y taninos, que son antioxidantes (ayudan a eliminar radicales libres o moléculas que ocasionan envejecimiento o cáncer) u otras como resveratrol, que da color a la piel de la uva y es un antimicótico (impide el crecimiento de hongos).
¿COMO CONSUMIRLAS?
Las características de cada individuo condicionan cuál es la mejor forma de comer uvas; por ejemplo, para una persona con estreñimiento es recomendable comerlas con piel y sus semillas, ya que es ahí donde se encuentran las sustancias que favorecen la actividad intestinal y ayudan a regular su funcionamiento, en tanto que para quienes sufren úlcera o gastritis lo más conveniente es que tomen su jugo (mosto).
Al comprar estos frutos es importante que se encuentren bien maduros y observar que las variedades negras o rojas no presenten coloración verde, o bien, que las de color claro luzcan ambarinas. Por lo general, los racimos que se desprenden fácilmente contienen uvas más dulces y aromáticas, y para su conservación es necesario mantenerlas en el refrigerador; conviene sacarlas una hora antes de su consumo para degustarlas mejor.
Aunque en estado fresco es cuando conserva al máximo sus propiedades nutritivas, se trata de una fruta muy versátil que puede formar parte de nuestra dieta de otras maneras, como:
Mosto o jugo natural. Se obtiene por presión de la uva sin fermentar (sin piel ni semillas). Contiene vitaminas y sales minerales en mayor concentración, pero no las apreciadas sustancias antioxidantes.
Uvas pasas. Aportan poco menos de 300 calorías por 100 gramos; contienen más potasio, fibra y vitaminas del grupo B al estar concentradas (la vitamina C es la única que se pierde). Destaca por sus propiedades laxantes.
Por último, cabe mencionar que para la elaboración de las muy conocidas uvas pasas son más valorados aquellos frutos sin semilla, dulces y de acidez baja.
DESTINO
A pesar de que la uva es cultivada a gran escala, sólo una pequeña parte se consume fresca, pues la mayoría se destina a la elaboración de bebidas alcohólicas.