Sin gol no hay alegría. Puede haber un volante que drible, que divierta o un defensor que barra, que salga jugando; pero si no hubiera alguien que metiera la pelota en el arco, la sonrisa estaría vedada.
Para eso existen los delanteros. Seres hábiles, de mente ágil, que saben dónde están parados y saben dónde está la meta, aunque no la vean.
Delgado, ni tan alto, nada fornido y con cara de yo no fui, Nicolás Muñoz sabe compensar sus carencias con sus habilidades. Rápido, de regate y con buena definición, el delantero quiere ser más que una tercera opción en su club. "Me prometí trabajo, y eso hago en FAS", ha dicho Muñoz.
De acuerdo con el técnico del FAS Agustín Castillo, "Muñoz por momentos es frío, se aisla del juego inconscientemente, le falta luchar, vibrar, disfrutar más los partidos".
Castillo está contento porque al fin encontró lo que quería: "Hoy tengo chance de ver qué delantero me conviene más dependiendo de las defensas: si es una defensa lenta, uso a Muñoz; si quiero oportunismo, pongo a William Reyes, y si es una defensa cerrada, está Alejandro Bentos".
William Reyes, el goleador del torneo pasado (con 13 tantos), tiene en su propio equipo la sana competencia. El panameño Muñoz, en siete juegos, ha anotado siete goles. De seguir así, podría superar la marca del hondureño.
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