Sin nada, pero todavía con vida
Muchos se preguntan cómo van a comenzar, lo que con mucho esfuerzo optuvieron.

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

El reloj marcaba las 10:45 de la noche del lunes, cuando llegamos al albergue Santa Teresita, en Pacora. Allí se cobijan siete familias del sector Nuevo Ocú, en la iglesia, custodiados por un policía. Caía una pertinaz llovizna, causando zozobra en ellos y el frío era vacilador. A esa hora los damnificados estaban distribuyendo los calzados para repartirlos al resto de los afectados. Sólo los niños descansaban sobre los colchones y frazadas que el pueblo panameño les hizo llegar.

¿QUE PASARA DESPUéS?

Edilma Mojica, una de las damnificadas, indicó que allí están los que no tienen familiares cercanos y perdieron todo. El resto de los damnificados está en casas de amigos, familiares o vecinos. Dijo que en comida y colchones están abastecidos, pero una vez pase esta pesadilla, ellos tendrán que enfrentar la vida solos. Por ello, requieren de estufas, útiles escolares y utensilios de cocina, y que el Ministerio de Vivienda no se olvide de ellos.

NUNCA FALTA "EL JUEGA VIVO"

Uno de los damnificados del albergue de Santa Teresita, quien pidió reserva de su nombre, reveló su inconformidad con los coordinadores de este albergue, pues impera una preferencia con los copartidarios políticos. Dijo que de las pacas de ropa ellos escogen la mejor y se la llevan; el resto se lo dan para que lo repartan entre los afectados y no debe ser así.

UNIDOS EN LA ADVERSIDAD

A las 11:30 de la noche, en la Escuela Francisco Miranda, de Felipillo, sólo quedaba una pareja de indígenas con sus dos niños. Ni siquiera se percataron de nuestra presencia, pues el sueño era pesado para ellos. De las 12 familias que estaban en ese plantel, los moradores optaron por darles posada.

MEJOR ES PREVENIR

Según SINAPROC, la precipitación pluvial alta, mezclada con mareas de 16.2 de altura, fue la causante de las inundaciones, también el hecho de construir sobre servidumbres de los ríos y áreas de rellenos o pantanosas.

La meteoróloga Annette Quinn señaló que del 29 de septiembre al 2 de octubre habrá mareas hasta de 17 pies. La marea más alta registrada en Panamá fue en octubre del año pasado, alcanzando una altura de 18.8 de altura y puede repetirse este fenómeno.

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