Larga vida a las tortugas. Así piensan los habitantes de Malena, en Veraguas, desde el momento que abrieron sus corazones y se unieron para proteger a las tortugas que cada año llegan a la playa a desovar.

La playa de Malena se encuentra ubicada en las costas de Mariato, donde sus residentes, desde hace cuatro años, luchan contra los depredadores, como el hombre y perros, para que no se coman ni cacen las tortugas.

Tanto es el amor que le tienen a estos milenarios habitantes del mar, que buscaron ayuda del Estado y de algunas organizaciones no gubernamentales para aprender a manipularlas, a fin de no causarles daño.

Isis Pinto, educadora ambiental de proyectos de la fundación ambientalista Marviva, explicó que la comunidad de Malena se mantuvo durante cuatro años realizando la labor de conservación, sin ninguna orientación científica de cómo hacerla.

Este año Marviva llegó hasta ellos, les dictó seminarios y dio orientación para que construyeran el vivero, que cabe destacar hicieron con sus propios recursos.

PROCEDIMIENTO

La comunidad consta de 120 habitantes, pero sólo 10 familias son las que participan activamente en el proyecto.

Ellos vigilan a las tortugas cuando llegan a desovar, luego recogen los huevos y los llevan al vivero, construido con alambre ciclón.

Los huevos deben llevar un cuidado muy especial, a fin de evitar perder la menor cantidad posible.

Sus esfuerzos rindieron los frutos más anhelados, cuando en la madrugada del lunes recibieron el mejor premio: nacieron 115 tortuguitas que ni cortas ni perezosas se lanzaron a conocer el mundo, caminando hacia la playa.

Según Pinto, éste es el segundo nacimiento, pero el más fructífero, pues de 116 huevos que sembraron, sólo uno no nació.

NIDOS

En el vivero había 46 nidos, de los cuales han nacido dos, quedan por nacer 44.