María reside en Flor de La Laguna de Chepo y anhela saber qué sucedió con "Mingo". (Foto: Carlos Ortega / EPASA)
Didier Hernán Gil
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Han pasado nueve años y seis días desde que Domingo Samaniego fue secuestrado por las FARC, mientras estaba de visita en su finca ubicada en Canglón de Darién.
Según María Chávez, su esposa, la última vez que tuvieron comunicación por radio fue a los seis meses y desde entonces la incertidumbre se ha prolongado. Es una familia humilde y era imposible conseguir cinco millones de dólares que exigían por su rescate. Tampoco hubo una propuesta inferior a la solicitada.
La esposa del secuestrado recuerda que estuvo hasta en el Palacio de Las Garzas donde conversó con la entonces presidenta Mireya Moscoso, pero la mandataria se limitó a decirle que no la podía ayudar.
Este incidente ha trastocado el hogar que sustentaba Samaniego, tanto así, que María Chávez tuvo que dedicarse a vender tamales, chorizos y empanadas para educar a sus hijos.
Dagoberto Vladimir, el hijo más pequeño, tenía nueve años cuando desapareció su padre, pero ya es mayor de edad. Sin embargo, aún recibe atención psicológica para sobrellevar esta mala pasada de la vida. En tanto, Domingo Alberto, el hijo mayor, se encuentra en Darién atendiendo la finca de su padre.
Al conversar con María, su rostro denota nostalgia, pues cada día que pasa se acrecienta su frustración al querer saber lo que pudiera estar sucediéndole.
El pasado viernes, cuando María escuchaba las noticias de que el ganadero de Metetí, Alberto "Beto" González, fue liberado por los bandoleros colombianos que lo secuestraron, María admite que volvió a revivir aquellos primeros días cuando se llevaron a "Mingo", como cariñosamente le llaman.
Chávez envió el siguiente mensaje: "que se pongan la mano en el corazón y si Domingo está con vida, que nos lo regresen. Es difícil no estar a su lado. Si saben algo, que nos digan dónde lo tienen, que nosotros queremos rescatarlo".
Cada 16 de septiembre, día en que desapareció "Mingo", la familia Samaniego se reúne en la iglesia del pueblo Flor de La Laguna, en Chepo, donde residen, para orar por él. María tiene la esperanza de que volverá a casa.
LO ESCUCHARON
Luego de insistir en que le dieran una muestra de que estaba vivo, lograron escucharlo, pero fue una comunicación casi fugaz.