Reza un viejo refrán, que cuando una mujer está embarazada tiene un pie en el cementerio y otro en la casa. En la comarca, también el niño tiene un pie en el cementerio. En la última semana dos infantes murieron antes de que su madres, procedentes de áreas apartadas, llegaran al hospital más cercano, en el oriente Chiricano.
El más reciente de estos casos fue Ávila Bejerano, de 21 años, residente en Cerro Puerco, quien se trasladó con su marido Rafael Salinas y antes de llegar al hospital de San Félix, parió a su hijo, en un lugar próximo a Guabalá. El recién nacido murió.
Gladis Novoa, directora regional de Salud de Chiriquí y especialista en ginecología, explicó que los casos de muertes perinatales se da en pacientes que no corresponden a partos intrahospitalarios, es decir, que los infantes nacieron en la casa o en el trayecto al hospital.
Manifestó que la embarazada, en el lugar donde vive, debe atenderse con un control de embarazo de manera eficiente y por eso están entrenando cerca de 100 parteras empíricas desde hace varios años.
|