Yo me resisto a pensar que Canal 21 no puede tener un solo programa bueno de verdad. Me resisto a creer que sus propietarios quemen tanto a sus talentos. Me resisto a creer que un set sea utilizado por diferentes productos, de diferentes géneros, para diferentes audiencias y que nadie, absolutamente nadie haga nada, se hagan los locos y miren a otro lado.
Lo siento, ver Canal 21 es una valium 500mil con cianuro. Es una pantalla sin sabor, sin condimento, plana, seca, fría y aburrida.
Usted los sintoniza y literalmente no hay nada que ver ahí. Atrás quedó esa fuerza inicial con que arrancó RCM y apareció un espacio espantoso que no tiene para dónde correr. Están carentes de identidad, de generación de opinión real, de figuras fuertes que hagan que uno, en automático, quiera sintonizarlos, de producción nacional interesante o enlatados taquilleros.
Canal 21 con los años que tiene al aire debería ser la alternativa para los que no quieren ver la mediocridad de Telemetro, la chabacanería de TVN, el disfraz elitista de RPC, los malos modales disfrazados de infantiles de Tele 7, la inexistente pasión de TvMax, la publicidad uniformada de información de SERTV, el abuso en nombre de Dios de Hossana TV, los bla bla bla de Canal 35 o la extrema paciencia de Canal 5.
Canal 21, por ser una propuesta nueva, debería ser la pantalla más fresca de la televisión nacional. Porque por esa empresa ha pasado mucha gente que hoy triunfan en otras pantallas y que han salido literalmente huyendo de ahí. Porque siendo nueva, debieron aprender de los errores de los canales grandes y aprovechar sus evidentes debilidades.
Sus promociones son lo que le sigue a aburridas. Su locución es como de los años 70. Hay ausencia de creatividad, de sabor, de música, de ritmo, de coherencia.
Su programación es espantosa. De una mesa "dizque" de debates, saltan a un noticiario internacional que re-editan mal, después salen con una revista donde tres personajes por tres horas no hacen más nada que hablar, hablar, hablar y hablar y rematan al mediodía con un noticiario tan aburrido como sus presentadores, que uno queda creyendo que los de TVN y Telemetro son buenos.
Maritza Muñoz, que siempre he creído que es una de las fortalezas de esa pantalla, ahora presenta un programa tan feo que la denigra. Es un espacio de denuncias donde ella, de pie, en un set hecho como para trabajo final de estudiantes de octavo gravo, recibe quejas, como si estuviera en una corregiduría. Llama la atención a las autoridades -papel que no le corresponde- y trata de buscarle solución a la falta de alcantarillas, al inodoro tapado en la escuela o al mal olor de una letrina. ¿En qué canal del mundo, donde se respete la figura de seriedad y credibilidad que debe representar un anchor pasa esto? Sí, ¡bingo!, adivinó, en Canal 21.
En la tarde, vuelven con unos programas más viejos que yo, brincan a noticias, a retransmisiones de programas malos y rematan con más programas malos. Su noticiario nocturno, ahogándose, tratando se sobrevivir en toda esta crisis de pantalla, y las noches son un asco. Reitero, no es lo que nuestros ojos merecen ver, no lo es. ¿Hasta cuándo?