Las artesanías industrializadas que imitan a las nacionales, están acabando con el productor panameño.
Aunque existe la Ley 27 de protección artesanal, solicitan que se revise y aplique para minimizar el plagio de sus creaciones por fábricas extranjeras.
Arturo Renjifo, dirigente de la Asociación de Artesanos de Panamá, señaló que es necesario establecer que los comercios compren una cuota al productor nacional.
Un vivo ejemplo fue que en la pasada Feria Nacional de Artesanías, se vendieron cubículos a empresas que mercadeaban piezas disfrazadas como manuales y nacionales. Dijo que "van en picada".
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