Lucha contra viento y marea. La enfermedad no ha sido impedimento para que Aaron Díaz comparta el amor y conocimientos con las personas del El Madroño, en Villa María, donde reside.
Junto a su madre, Noris Mendoza, lucha día a día para superar lo obstáculos que se le atraviesan en el camino y lo limita para llevar una vida feliz.
Este intrépido joven, que ya cuenta con veintitrés años, nació con pies equinovaro ( malformación congénita, donde la planta del pie gira hacia adentro). Además sufre de epilepsia y de incontinencia urinaria, esta última lo obliga a usar pañales desechables, los cuales, a veces por la condición económica le cuesta conseguir.
Pero lo admirable de Aaron, es que tiene un espíritu de cooperación y a través de él ayuda a los jóvenes y gana dinero. Estudió hasta segundo año de Relaciones Públicas en la Universidad de Panamá, conocimientos que aprovecha para ayudar a los vecinos en sus tareas y trabajos de investigación, además, se dedica a la consejería de jóvenes con problemas de drogas. Es dibujante y toca tambor en la iglesia a la que asiste.
DESEA
Conseguir una computadora para ayudar más a los jóvenes con las tareas y a su madre que es su mayor apoyo.
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